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jueves, 14 de junio de 2018

Matutina de Adultos : Junio 14, 2018

El mayor testimonio


«Ustedes estudian las Escrituras afondo porque piensan que ellas les dan vida eterna. ¡Pero las Escrituras me señalan a mí!». Juan 5: 39, NTV


LA LECTURA DE LA BIBLIA debe ser la parte central del culto familiar. Si dedicamos cinco minutos al estudio de la Biblia y dos horas a ver el partido de fútbol o una telenovela, ¿qué lección estamos transmitiendo a nuestros hijos? Es esencial leer la Palabra para ayudar a nuestros niños y niñas a crecer espiritualmente; la Biblia es una fuente poderosa de valores para la familia.

La costumbre de leer a los niños un relato a la hora de dormir permite construir recuerdos felices juntos. No todos los adultos leen por placer, sin embargo, la lectura de la Biblia hace de los niños oyentes ávidos y prepara el terreno para hablar de manera natural de los valores espirituales. En la Palabra hay relatos muy emocionantes que podemos compartir con ellos, por ejemplo, la odisea de José en Egipto, la cautivadora historia de la joven criada de Naamán, las aventuras de Daniel y sus amigos en Babilonia, y relatos de acción como el enfrentamiento entre David y Goliat. La vida de todos esos jóvenes muestra la influencia del hogar, pero además enseñan muchísimos principios. «Únicamente inculcando los debidos principios podremos destruir los malos pensamientos. El enemigo sembrará cizaña en los corazones de los hijos a menos que los padres siembren en ellos las semillas de la verdad» (Elena G. de White, Consejos para los maestros, p. 116).


 
Desde temprano, los padres debemos abrir las Escrituras para que nuestros hijos puedan adquirir buenos hábitos. La lectura de la Biblia suaviza, ablanda, eleva y santifica el corazón de los niños, y para disfrutar de estos beneficios debemos leerla todos los días. La Biblia es la guía que nos conduce a una vida más elevada y santa. Su lectura vigoriza la mente, deshace las tinieblas de nuestro camino y abre los ojos para disfrutar las bellezas del cielo y la Tierra Nueva. La eternidad nos dirá cuán provechoso fue haber dedicado tiempo suficiente a leer la Palabra.

Encontrarnos con los personajes de la Biblia en el reino de Dios será una experiencia incomparable que nadie ni nada nos podrá arrebatar. Pidamos la sabiduría del Espíritu para que la Palabra de Dios sea luz y guía en la vida de nuestros hijos.

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