Buscar...

lunes, 10 de abril de 2017

Matutina de Jovenes : Abril 10, 2017

El derecho de autor


‘Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:1, 2).


1 10 de abril de 1710 fue un día histórico. En esa jornada, el texto “Estatuto de la reina Ana” fue protegido por el derecho de autor, norma que se aplicó por primera vez en el mundo occidental.

El derecho de autor (o Copyright) es un conjunto de normas jurídicas y principios que afirman los derechos morales y patrimoniales que la ley concede a los autores por el solo hecho de haber creado una obra literaria, artística, musical, científica o didáctica, ya sea que esté publicada o sea inédita.

Gracias a este marco legal, un escritor (por ejemplo) puede estar tranquilo, ya que su labor intelectual está resguardada y legalmente nadie podrá robar su obra.

Gracias a Jesús, desde luego, nosotros también podemos estar sujetos al “derecho de autor”, ya que él es nuestro Creador, por un lado; y nuestro Redentor, por el otro.

Nadie como él conoce las peculiaridades de nuestro carácter y cuáles son nuestros puntos débiles y los fuertes. Como el compositor que plasma su genialidad en un pentagrama, Dios quiere colocar su Ley en nuestros corazones.

¿Deseas que tu fe crezca? ¿Quieres pulir tu carácter? ¿Quieres vivir un cristianismo renovado y misionero? ¿Quieres ser una luz ante quienes te rodean? La fórmula es accesible: conságrate cada día a Dios. Dale a él tus cargas, tus sueños, tus preocupaciones, tus metas. Entrega al Autor de la vida el derecho de dirigir tu vida.

Hoy puede ser un día histórico. Deja de lado el humano y natural orgullo que tienes (y que yo también tengo). Lánzate a la aventura de caminar por las sendas derechas del bien, otorgando a Dios la potestad de gobernar tu ser.

“Nuestro crecimiento en la gracia, nuestra dicha, nuestra utilidad, todo depende de nuestra unión con Cristo. Solo estando en comunión con él diariamente y permaneciendo en él cada hora es como hemos de crecer en la gracia. Él no es solamente el “iniciador […] de nuestra fe” sino también su “perfeccionar Ocupa el primer lugar, el último y todos los lugares. Permanece siempre a nuestro lado” (Elena G. de White, El camino a Cristo, pp. 102-103). PA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario