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martes, 11 de octubre de 2016

Matutina de Jóvenes: Octubre 11, 2016

ES MEJOR DAR QUE RECIBIR


“Hay más dicha en dar que en recibir” (Hechos 20:35).



¿Te has preguntado quién es el personaje más rico que alguna vez ha vivido sobre la tierra? Según el New York Times fue John D. Rockefeller. Desde muy jovencito Rockefeller determinó la filosofía de
su vida: “No trabaje por el dinero, permita que el dinero trabaje por usted”. A los veintitrés años ya era millonario. A los cincuenta tenía miles de millones de dólares y se le conocía como “el hombre más rico del mundo”. Llegó a controlar el noventa por ciento de la extracción, refinado, transporte y distribución de petróleo de los Estados Unidos.

Sin embargo, en su búsqueda de riquezas y éxito, sacrificó su salud. Cuando tenía cincuenta y tres años estaba tan enfermo que los médicos le pronosticaron menos de un año de vida. Su problema de salud tenía origen en su manera de ver la vida. Quería acapararlo todo, sin compartir nada con los demás. Su lema en los negocios era: “La competencia es un pecado, por eso procedemos a eliminarla”. Su absorbente codicia lo estaba destruyendo.

Durante esta crisis, Rockefeller reevaluó su vida. Decidió que daría una parte de su fortuna a los demás. Comenzó a contribuir con iglesias, hospitales, a patrocinar investigaciones médicas. Fundó la Universidad de Chicago y la Universidad Rockefeller en Nueva York. Muchos descubrimientos significativos de la medicina moderna son resultado del dinero donado por la Fundación Rockefeller. Lo más significativo, sin embargo, fue el impacto que tuvo esta actitud sobre la salud misma del millonario. Cuando se dedicó a dar más que a recibir, su salud mejoró de manera asombrosa. Su generosidad probó ser terapéutica. John D. Rockefeller vivió hasta los 97 años.

Las palabras de Cristo tienen hoy en día el mismo valor que cuando las pronunció: “Hay más dicha en dar que en recibir”. Vivir una vida de servicio abnegado no solo beneficia a los demás, también nos hace bien a nosotros mismos. Sería bueno que ahora, desde joven, decidas que compartir con los demás sea un aspecto fundamental de tu estilo de vida. Un día como hoy podemos determinar tener un espíritu dadivoso. Dar nos hace bien; el amor de Dios se manifestó al dar a su único Hijo por nosotros.

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