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viernes, 16 de septiembre de 2016

Matutina de Jóvenes: Septiembre 16, 2016

“BC.”


«En Cristo, Dios estaba reconciliando consigo al mundo, sin tomar en cuenta los pecados de ios hombres; y a nosotros nos encargó que diéramos a conocer este mensaje» {2 Corintios 5: 19)



Sabes qué es un BC? Si usas aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp, BBM o Line, entonces sé que estás familiarizado con este tipo de mensajes.

El término BC es un apócope de la palabra inglesa Broadcast, que
significa «transmisión». Un BC, entonces, no es más que una transmisión, un mensaje que envías a todos tus contactos.

Un BC puede ser algún chiste, alguna noticia importante o un mensaje que deseas que todos tus conocidos vean. A veces este tipo de mensaje puede ser importante, como cuando cambias tu información de contacto o si ocurre una emergencia y necesítas difundir un mensaje con rapidez entre un grupo específico de personas. Otras veces, un BC puede ser irritante, pues quizás el mensaje no sea significativo para ti, pero simplemente te llegó porque estabas en la lista de contactos del emisor.

En el texto bíblico de hoy Pablo dice que Dios nos ha encargado que demos a conocer ei mensaje de que Dios reconcilió al mundo consigo mismo a través de Cristo.
¿Se tomó don Pablo esa comisión en serio? Si lees el libro de los Hechos de los apóstoles podrás participar, mientras vas leyendo la narración de Lucas, del avance del cristianismo a lo largo y ancho del Imperio Romano.

Si Pablo hubiese tenido un telétono inteligente, con toda seguridad habría enviado varios BC con mensajes como:
«El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor» (Romanos 6: 23); o «Así pues, ahora ya no hay ninguna condenación para los que estan unidos a Cristo Jesús» (Romanos S: 1). «Dios es
tan misericordioso y nos amó con un amor tan grande, que nos dio vida juntamente con Cristo» (Efesios 2: 4, 5); o «Reconcíliate con Dios», como dice el texto de hoy.

El fervor misionero de Pablo llegó a tal punto que escribió: «De manera que desde Jerusalén y por los alrededores hasta el Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo» (Romanos 15: 19, RV95). ¡Qué seguridad! ¿Podemos tú y yo decir lo mismo?
¿Estás tú compartiendo el evangelio con todos tus contactos? Espero que tu respuesta sea un rotundo «Si».

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