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lunes, 14 de septiembre de 2015

Matutina de Adultos: Septiembre 14, 2015

¿Teme Job a Dios de balde?


“¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has rodeado de tu protección, a él y a su casa y a todo lo que tiene? El trabajo de sus manos has bendecido, y por eso sus bienes han aumentado sobre la tierra” (Job 1:9, 10).



El tema central de todo el libro de Job es la fe. En la introducción de la historia, Satanás plantea a Dios la naturaleza de la fe de Job: ¿Teme Job a Dios de balde? ¿Cree y confía en ti por nada? El diablo está insinuando que la fe y el servicio de Job a Dios es simplemente el resultado del interés. Además, niega que pueda haber una fe que se viva honestamente y que sea buena en sí misma.

Según Satanás, la fe existe por lo que da, no por lo que es. Por eso propone a Dios que retire las bendiciones al patriarca y este revelará su verdadero carácter. Y así comenzó la prueba de fe de Job. Dios permitió a Satanás que llevara a Job al infortunio: primero, el diablo le despojó de sus posesiones, después de su casa y sus hijos y, finalmente, atacó su cuerpo con una pavorosa enfermedad. Pero el texto bíblico dice: “En todo esto no pecó Job ni atribuyó a Dios despropósito alguno” (Job 1:22). El relato concluye con la aparición en escena de la esposa del patriarca, como ejemplo de la fe interesada y egoísta de la acusación diabólica: “¿Aún te mantienes en tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete!” (Job 2:9); la fe genuina de Job se manifiesta una vez más: “Como suele hablar cualquier mujer insensata, así has hablado. ¿Pues qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?” (vers. 10).

Algunos definen la fe interesada como fe “utilitaria”, es decir, la que antepone los beneficios y utilidad de la fe a cualquier otra de sus cualidades. La fe utilitaria es sutil pero, en realidad, confunde a Dios con sus bendiciones: si recibimos protección, cuidado, prosperidad, entonces, Dios es real. Pero si la desgracia, el sufrimiento o el infortunio nos ocurren, Dios nos ha fallado y dudamos de su existencia. En la galería de los héroes de la fe se dice que Moisés “se sostuvo como viendo al Invisible” (Heb. 11:27). Y en la ejemplar experiencia de Job, con su final feliz, el patriarca termina reconociendo: “De oídas te conocía, mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:5).

Pide hoy al Señor que te ayude a seguir el ejemplo de Job, de modo que tu fe sea genuina y puedas experimentar que hay un Dios en los cielos.

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