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lunes, 14 de septiembre de 2015

Matutina de Menores: Septiembre 14, 2015

El cuerpo y la piedad


Experimenta: ¿Haces ejercicio?

Rosario Iglesias, o «Chayito», dejó un ejemplo claro de que el ejercicio es lo que necesitamos para vivir más. Se levantaba muy temprano todos los días y vendía periódicos en la Ciudad de México. Luego entrenaba para correr maratones. A sus ochenta y tres años corrió el maratón de Miyazaki, Japón, en 1993. Participó en varios maratones alrededor del mundo. Su última carrera fue en San Sebastián, en 2005, en la categoría de 200 metros, a los noventa y cinco años de edad. A lo largo de su vida obtuvo 31 medallas en las carreras internacionales y 72 en competencias de su país, México, en las categorías de 1500, 800, 400 y 200 metros. Murió a los noventa y ocho años.

¿Cómo es tu cuerpo? ¿Tiene músculos, tendones y articulaciones, o eres un robot hecho de metal que se mueve solamente debido a las órdenes de una computadora? Tu cuerpo está hecho para moverse, hacer ejercicio. Pero si decides quedarte frente a la televisión o la computadora, te convertirás en un montón de huesos y llegará el momento en que ya no te podrás mover, porque músculos y articulaciones que no muevas, terminarán por atrofiarse completamente. Si observas a tu alrededor, encontrarás a varios que, a tu edad, ya les duele todo y se les dificulta moverse.

Hacer ejercicio previene enfermedades, te ayuda a aprender más en la escuela, te hace sentir menos estrés, sientes que tus huesos y articulaciones pesan menos, estás mejor contigo y con Dios.

También debemos ejercitar la piedad. Puedes triunfar en los deportes, pero sin compasión, entonces de nada aprovecha tu entrenamiento físico. Lo ideal es que ejercites el cuerpo para que te asegures una larga vida, pero también que ejercites tu capacidad de tener compasión con los demás, para que Dios se enorgullezca de ti.

«Aunque el ejercicio físico sirve para algo, la piedad es útil para todo, porque tiene promesas de vida para el presente y para el futuro» (1 Timoteo 4:8)

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