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jueves, 30 de abril de 2015

Matutina de la Mujer: Abril 30, 2015

Es hora de soltar las redes remendadas


Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. Marcos 1:19



Jacobo y Juan se encontraban realizando el proyecto de sus vidas cuando recibieron el llamado de Jesús. Como cualquier ser humano, trabajaban para satisfacer sus necesidades básicas. Se dedicaban a la pesca; esa era su labor. Es probable que el negocio no fuera muy exitoso en una época en que bastantes personas se dedicaban a la misma actividad, pero parece ser que no había muchas otras opciones para los habitantes de esa parte de Galilea.

Cuando Jesús los encontró, ellos estaban “remendando” sus redes: una forma de aferrarse a su plan de trabajo. Pero Jesús les extendió la invitación para un proyecto mejor. El que lee el corazón humano conoce nuestros anhelos y los deseos más profundos de nuestra alma. Él quiere que seamos felices y, por eso, nos hace la invitación de abandonar nuestras redes “remendadas” y cambiadas por las redes nuevas de libertad que se encuentran en Cristo Jesús. Las nuevas redes de libertad en Jesús constituyen un llamamiento a entregarle la vida y servirle por siempre. Esa nueva libertad en Jesús teje redes de relaciones imperecederas, con Dios y con el prójimo.

Los hijos de Zebedeo aceptaron el llamamiento, y esto llegó a transformar sus vidas. Jesús cambió sus “redes remendadas” por un liderazgo espiritual en su iglesia naciente; pues cuando nuestro Padre celestial nos pide algo, es porque nos dará a cambio otra cosa mejor.

Amiga, ¿cómo se encuentran hoy tus sueños? ¿Se han realizado? ¡Alabado sea el Señor si es así! Si no, ¿a dónde se han ido? ¿Te has conformado con “remendar” lo que ha quedado de ellos? ¿Por qué sigues reparando las redes que te impiden lograr tus anhelos? Jesús conoce tu pasado, tu presente y tu futuro; conoce tus sueños. Tal como lo hizo con Jacobo y Juan, te invita hoy a abandonar tus sueños remendados para darte unos nuevos y mejores. Es hora de soltar las redes por arreglar y decirle a Jesús: “Aquí estoy”. Clama conmigo: “¡Padre celestial, ayúdame a soltar las redes remendadas que me impiden contemplarte, y a descubrir las bendiciones que tienes para mí. Amén”.

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