Punta de diamante
Experimenta: ¿ Te han revisado la vista? ¿Necesitas anteojos? Si tu respuesta es afirmativa, debes saber por qué. Si nunca te han re sisado, pide a tus padres que te lleven a un especialista. Es importante ver bien.
Desde niña padezco una deformación en las córneas de ambos ojos. Cuando era adolescente, un especialista aseguró a mis padres que algún día necesitaría un perro guía, lo cual me entristeció profundamente. Pasó el tiempo y otro médico me dio esperanza de dejar mis anteojos, si me sometía a una cirugía muy especial. Se harían varios cortes en mis córneas mediante un bisturí con punta de diamante. Las cicatrices de los tejidos en mis córneas disminuirían la deformación y así yo podría ver bien. ¡El resultado fue que pude ver como nunca antes! Hace poco quise que me hicieran una revisión para asegurarme de que todo siguiera bien. Para mi sorpresa, la doctora se dio cuenta de mi cirugía aun sin que yo la comentara. Hasta pudo contar las cicatrices. ¿Cómo es posible que, al paso de los años, las cicatrices de mi cirugía no se hayan borrado?
La punta de diamante grabó en mis córneas un milagro que nunca podré olvidar o borrar. Dios dice que si no permanecemos con él, corremos el riesgo de permitir que el pecado quede grabado en nuestro corazón. Qué tristeza debe sentir Dios al ver que, en vez de grabar su amor en nuestro corazón, dejamos que la maldad ocupe su lugar. Él te ama tanto que dio a su hijo Jesús para salvarte y desea que escribas eso en tu alma y tu mente.
Este día, deja que el Señor Jesús haga un milagro en tu vida que nunca podrás olvidar: permítele grabar su amor en tu corazón.
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