Buscar...

miércoles, 4 de marzo de 2015

Matutina de Jóvenes: Marzo 4, 2015

Cuando no sabes que estás perdido


¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. Así os digo que hay gozo delante de los ángeles por un pecador que se arrepiente. Lucas 15:8-10.



Esta moneda perdida puede representar a dos tipos de personas que, básicamente, no son conscientes de que están perdidas: Puede representar a los indiferentes a Dios y a la religión, a los secularizados que creen que pueden estar muy bien prescindiendo de Dios. No se sienten perdidos; creen que su vida es buena si la comparan con el promedio de la sociedad. No son asesinos ni ladrones. No son pervertidos ni abusadores. Son gente “decente”; no le hacen mal a nadie.

Pero, también puede representar a los religiosos que creen que, por pertenecer a una confesión religiosa, incluso a “la iglesia verdadera”, ya tienen garantizado el beneplácito de Dios (no olvides que la moneda se perdió en “la casa”). Cumplen con todas las formalidades de su religión; han aprendido el “estilo de vida” de su confesión religiosa y, mecánicamente, siguen con su rutina eclesiástica. Cuando se comparan con el resto de la gente, sobre todo con el “mundano”, y aun con algunos de sus hermanos de iglesia no tan “denominacionalizados” como ellos, creen que son bastante buenos.

Pero, como en la parábola anterior, hay alguien que sí sabe que están perdidos: Dios, representado, en este caso, por la señora de la casa, quien “barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla”.

No importa cómo te sientas hoy, ni cuál sea tu condición espiritual. No importa si te sientes apático, indiferente, ajeno a Dios y a la religión. A pesar de que la imagen original con la que Dios te creó pueda estar deteriorada y manchada por el polvo del pecado, la maldad y el egoísmo, sigues siendo valioso para Dios, y él reconoce en ti la inscripción de su imagen divina. Por eso, Dios te está buscando, e insistirá contigo hasta encontrarte, limpiarte, y devolverte la imagen de Dios perdida por el mal y la rebelión.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario