Matutina de la Mujer: Febrero 9, 2015

Tu próximo amor

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33

Cómo reorganizar la vida después de un doloroso divorcio? Es la pregunta que muchas mujeres cristianas se hacen. ¿Cómo? Es que no parece haber salida. No hay fuerzas, los sueños se acabaron. Aquella persona que creímos que iba a envejecer a nuestro lado ya no está. Todo divorcio es desgarrador. Sufre el esposo. Sufre la esposa. Sufren los hijos.

Si estás pasando por tan amarga experiencia y tienes a tus hijos contigo, permíteme darte algunas sugerencias:

Todavía hay personas que te aman. Pon a Cristo en primer lugar. Hay personas que te necesitan viva. Necesitan tu amor, tu cariño, tu cuidado. Tus hijos son los más afectados en este proceso, pero Cristo te dará fuerzas para no llorar delante de ellos, y tú los consolarás.

Mantente activa. Además de tu trabajo y de las obligaciones ru­tinarias, busca algo nuevo para aprender. ¿Sabes tejer o hacer colchas? ¿Cuánto sabes de la cocina vegetariana nutritiva y económica? Encerrarte en tu cuarto para llorar puede ayudar de vez en cuando, pero si es lo único que haces no solo estás en peligro tú, sino también tus hijos. Nuevamente, es necesario poner a Cristo en primer lugar.

Cristo es tu próximo amor. Muchas mujeres comienzan una bús­queda inmediata; desean encontrar a “la persona adecuada” para llenar su vacío. La soledad, las necesidades, los sentimientos de culpa y hasta la crisis económica muchas veces nos hacen sentir desesperadas. Escúchame, querida amiga: tu próximo amor no es otro más que Cristo. En medio de este dolor, estarás preparada para amar a alguien más solo si llegas a conocer a Cristo de verdad.

No salgas corriendo a buscar otro amor. En medio de ese terrible dolor, créeme, solo el amor de Cristo te convertirá en esa fascinante mu­jer que cualquier gran hombre quisiera tener a su lado. No te apresures. Acércate a Jesús, presenta tu caso delante de él. Su gracia maravillosa te transformará, su amor llenará tu vacío y su Palabra te mostrará el camino.