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domingo, 8 de febrero de 2015

Matutina de Jóvenes: Febrero 8, 2015

Nuestra vida en las mejores manos


¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades, o desatarás las ligaduras de Orion? ¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos, o guiarás a la Osa Mayor con sus hijos? Job 38:31, 32.



El libro de Job se destaca en las Sagradas Escrituras por tratar, como sus temas centrales, el sufrimiento, la relación de Dios con el dolor y la fe en Dios a pesar de las aparentes razones para dejar de confiar en él precisamente por causa de los sufrimientos que permite que padezcamos.

El libro empieza con un Job próspero, profundamente creyente en Dios, pero que de la noche a la mañana sufre una serie de desgracias que incluyen la pérdida de sus propiedades, de la vida de sus hijos y, para rematar, una terrible enfermedad que le provoca grandes padecimientos.

Lo notable es que, cuando finalmente Dios rompe el silencio y habla con Job, en ningún momento le explica la razón de sus sufrimientos. No le explica nada del conflicto cósmico ni de los porqués o paraqués de Dios por permitir el dolor. Simple, pero majestuosamente, Dios se dedica a hacerle una serie de preguntas, como las de nuestro texto bíblico de hoy, relacionadas con su poder creador y con la pequeñez humana, que contrasta con el poder absoluto y la sabiduría infinita de Dios.

En otras palabras, lo que Dios le quiere decir a Job es: “Tú no entiendes por qué permito lo que te está sucediendo. Nada sabes del conflicto cósmico, del terrible experimento de la rebelión, de las cuestiones que están en juego en esta gran batalla cósmica; no entiendes las causas de tu sufrimiento, ni mis razones o mis propósitos. Pero confía. Tu vida está en buenas manos; en las mejores manos del universo; en las manos de tu Creador, Sustentador y Amigo. Si tengo tanto poder como para sustentar el universo, y guiar el recorrido de las estrellas para que cumplan la senda que les tracé, ten la seguridad de que tu vida está respondiendo a un recorrido celestial que es para tu felicidad eterna. Confía en mí, aunque no me entiendas”.

Seguramente hay cosas qúe te suceden que no puedes entender; no puedes comprender totalmente a Dios. Pero te invito a confiar en él a pesar de todo, hasta que llegue el día en que te explicará todas las cosas.

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