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sábado, 14 de febrero de 2015

Matutina de Jóvenes: Febrero 14, 2015

Es necesario un juicio


La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres… quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. Romanos 1:18, 32.



Alguien en cierta ocasión, haciendo un juego de palabras, declaró que lo que nos hace dignos, como seres humanos, es nuestra capacidad de INDIGNARNOS frente al mal.

Dios es un ser absolutamente bueno, puro, noble, misericordioso; en otras palabras: SANTO, que es lo mismo que decir que posee un amor y una bondad infinitos. Su infinita bondad hace que, precisamente por amor a sus criaturas, todo aquello que las dañe, las pervierta, las degrade, les cause sufrimiento, dolor y muerte produzca en él una infinita aversión, rechazo y desaprobación moral: la ira de Dios contra el mal.

Dios no solo es nuestro Padre amante, sino también tiene la responsabilidad de asegurar el bienestar, la seguridad y la felicidad de sus criaturas, y siempre está bajo el dilema, o tensión, de asegurar este bienestar y felicidad para todos y, sin embargo, respetar nuestra libertad. Solo quiere seres libres bajo su gobierno; no desea esclavos que hagan su voluntad solamente por miedo (no ser condenados) o interés (recibir todos los favores o bendiciones posibles por parte de Dios).

La Biblia nos revela que algún día Dios pondrá punto final a la maldad y el sufrimiento. Todos exigimos esto de parte de Dios: que se acaben de una vez por todas el mal y el dolor. Para ello, es necesario un juicio que, ante el tribunal de seres inteligentes del universo, determine quiénes son “dignos” de la vida eterna y quiénes son “dignos” de muerte, como dice nuestro texto bíblico para hoy. En otras palabras, los que seguirían perpetuando el mal y el sufrimiento incluso en el cielo; y los que, aunque defectuosos y pecadores, aspiran al bien, a la bondad y la justicia, y por su arrepentimiento aseguran al universo que no solo no arruinarán la felicidad del cielo sino que contribuirán a ella.

Hay un Dios misericordioso que ha elaborado un plan de redención, para que puedas ser rescatado del mal y de sus consecuencias. De esto empezaremos a hablar a partir de mañana.

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