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miércoles, 4 de febrero de 2015

Matutina de Adultos: Febrero 4, 2015

Y la Biblia tenía razón


«Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad» (Juan 17: 17)



El título de nuestra reflexión de hoy es el de un libro singular escrito por Werner Keller en 1981. Y la Biblia tenía razón pretende probar a través de los descubrimientos arqueológicos que la Escritura nos habla de hechos y personajes verídicos y que, para ciertos periodos de la historia antigua, ha sido durante siglos el único documento que poseíamos. Las excavaciones arqueológicas han hecho “hablar a las piedras” respondiendo satisfactoriamente a una serie de preguntas que muchos oponían al contenido histórico de los libros sagrados, extrayendo de entre los escombros multitud de testigos mudos de los relatos bíblicos.

El seminario Adventista del Collonges publicó en 1980 Cuestiones discutidas del libro de Daniel, donde se abordan algunos enigmas históricos presentados por este libro que se consideraban errores históricos. Por ejemplo, Nabucodonosor es mencionado como el constructor de la nueva Babilonia (Daniel 4: 30), pero ninguno de los historiadores clásicos –Herodoto, Estrabón o Plinio- hacen mención de ello. Pero los hallazgos arqueológicos han corroborado la afirmación de la Biblia con expresiones similares en acadio a las que usa el profeta Daniel. Tampoco la locura que padeció Nabucodonosor durante siete años había sido comprobada por fuentes extrabíblicas y los comentarios del libro señalaban que el autor se había confundido con la enfermedad de otro rey caldeo, Nabonido, descubierta en un cilindro de arcilla llamado La oración de Nabonido. Pero una tableta cuneiforme que se guarda en el Museo Británico permite confirmar que Nabucodonosor padeció alteraciones mentales que le impidieron llevar asuntos de la corte. Y lo mismo podríamos decir”del rey fantasma Belsasar” que Daniel presenta como el último rey de Babilonia y que ningún documento antiguo hablaba de su existencia. Pero otro descubrimiento de la época de Nabonido demuestra, sin sombra de duda, que Belsasar existió y fue hijo de Nabonido, agregando explícitamente que el rey confió a Belsasar la realiza cuando enfermó y se retiró a Telma para curarse. ¡Qué gozo confirmar la veracidad de la Biblia! «Tu palabra es verdad» (Juan 17: 17).

                Dietrich Von Hildebrand, filósofo cristiano, añade: «Nunca podrá haber contradicción entre la verdad revelada y la ciencia. No los descubrimientos científicos como tales, sino las erróneas interpretaciones filosóficas de los mismos pueden ser incompatibles con la verdad revelada. […] Todas las contradicciones entre los descubrimientos científicos y la verdad revelada no son más que contradicciones aparentes» (El caballo de Troya en la ciudad de Dios, págs. 46,47).

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