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miércoles, 11 de febrero de 2015

Matutina de Adultos: Febrero 11, 2015

Hambre y sed de la Palabra de Dios


«Ciertamente vienen días, dice Jehová, el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. […] y no la hallarán».(Amós 8: 11-12)



En los grandes desiertos, el agua y los alimentos son muy escasos o inexistentes. Agotadas las reservas, de no encontrar un oasis donde avituallarse se puede llegar a un punto sin retorno, es decir, no sobrevivir. Amós, hombre de campo, conocedor de este peligro en los desiertos que rodean a Palestina, ilustró con esa imagen la situación de Israel.

                El contexto en el que el profeta Amós pronuncia estas palabras es un tiempo en el que el pueblo de Israel, debido a su pertinaz desobediencia, había perdido la posibilidad de reconciliarse con su Dios escuchando y obedeciendo su Palabra. El punto sin retorno, la dramática situación en la que queriendo volver a oír la Palabra de Dios, ya no sería posible. A esto llama el profeta “hambre y sed de oír la palabra de Jehová”; hambre y sed irremediables, imposibles de satisfacer, angustiosas, mortales espiritualmente. Ahora bien, no es que Dios se aleje de los pecadores, más bien, son ellos quienes, exhibiendo una actitud obstinada, insisten en seguir por el camino de la desobediencia.

                El alcance escatológico de las palabras de Amós parece evidente. Hoy, el pueblo de Dios, que se prepara para las escenas finales de la historia de este mundo, debiera sentir “hambre y sed de oír la Palabra del Señor”. Elena White advierte lo siguiente: «Están por sobrecogernos tiempos que probarán las almas de los hombres; los que son débiles en la fe no resistirán la prueba de aquellos días de peligro. Las grandes verdades de la revelación deben ser estudiadas cuidadosamente, porque todos necesitaremos un conocimiento inteligente de la Palabra de Dios. El estudio de la Biblia y la comunión diaria con Jesús nos darán nociones bien definidas de responsabilidad personal y fuerza para resistir el día de prueba y tentación. Aquel cuya vida esté unida con Cristo por vínculos ocultos será guardado por el poder de Dios mediante la fe que salva» (Testimonios para la iglesia, tomo 5, pág 253).

                Pero hay un Dios en los cielos… cuando tenemos hambre y sed de la Palabra divina. Hoy es el momento para que seamos saciados a través de un estudio sensato de las Escrituras. El tiempo que hoy perdemos en actividades irrelevantes mañana nos hará falta para estudiar la Biblia. Recuerda que llegará un día en que muchos buscarán el consejo divino y entonces será demasiado tarde.

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