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jueves, 29 de enero de 2015

Matutina de Menores: Enero 29, 2015

Robar causa mucho daño


Experimenta: ¿Alguna vez te han robado algo muy importante para ti?

Mi familia y yo hemos sufrido varios robos. Afortunadamente, la mayoría de las veces no estuvimos presentes cuando sucedieron. Pero he podido experimentar esa mezcla de sentimientos que surge al momento de descubrir que alguien se llevó algo que te costó mucho trabajo conseguir. La sorpresa al entrar en tu casa y ver que algún extraño anduvo ahí y se llevó tus pertenencias, o llegar a tu auto y ver que rompieron el vidrio y se llevaron todo lo que llevabas contigo, produce enojo, tristeza, impotencia y miedo.

¿Te has puesto a pensar que un ladrón no solamente roba lo que puede llevar en sus manos? Cuando el diablo inspira a una persona a robar desea causar muchos daños. Por eso Dios condena el robo y su orden fue: «No robes».

Las cosas que conseguimos con nuestro esfuerzo y trabajo son regalos que recibimos de las manos de Dios, así que cuando se llevan esas bendiciones sin nuestra autorización, se meten en problemas con él directamente.

Si a ti o a tu familia les han robado algo, debes recordar que si Dios dio bendiciones una vez, tiene el poder de repetirlo. Repone las bendi­ciones y la tranquilidad que se nos arrebataron en un robo. ¿Cómo? La ciencia todavía no descubre cómo provee los recursos necesarios y la tranquilidad que se perdieron en un asalto, pero lo logra.

¿Alguna vez has tomado algo que no era tuyo? Si es así, pide perdón a Dios y regresa lo que robaste. Recuerda que robar es un pecado. No importa de qué tamaño sea lo que tomaste, si la otra persona no se dio cuenta o ignora tus motivos, de todos modos es pecado y Dios lo desa­prueba. Pero también perdona a quien se arrepiente.

Pide a Dios que te ayude a no robar.

«No robes» (Éxodo 20:15)

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