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viernes, 16 de enero de 2015

Matutina de Menores: Enero 16, 2015

Un Dios que nos responde


Experimenta: ¿Sabes cuál es la reacción que corresponde a la acción de amar y obedecer a Dios sobre cualquier cosa?

¿Qué te pasó en la frente?», fue la primera pregunta de la mamá de Juan. Se había golpeado fuertemente contra el poste metálico de la cancha de basquetbol. Había corrido tan rápido para quitarle la pelota a uno del equipo contrario que no pudo detenerse Y chocó de frente, provocando un hundimiento en el poste que sos­tiene la cesta. Después que le vendaron la cabeza en el hospital, pasó por la cancha y puso su firma en el agujero que había hecho al poste.

Después de eso tuvo que esperar pacientemente en cama durante dos días, con fuertes dolores de cabeza.

Un amigo de Juan le dijo que esa era la venganza del poste por haberle hecho una hendidura. En realidad, lo que sucedió es que una de las leyes de la naturaleza más famosa se hizo presente en aquel par­tido de basquetbol: «A toda acción corresponde una reacción». En cambio, si Juan hubiera corrido con precaución, ¿qué habría pasado? Pues habría terminado el partido y tal vez hasta hubieran ganado.

Aprender que absolutamente todo lo que haces provoca una reacción es más difícil que aprender a andar en bicicleta. Esta ley de la físi­ca se aplica a tu vida. Si obedeces a tus padres, no habrá regaños. Si te esfuerzas en poner atención en clases y estudias, mejorarán tus notas en los exámenes; si ayudas a tu mamá a lavar los trastos sin que te lo pida, se sorprenderá; si sonríes a alguien en el pasillo de la iglesia, son­reirá. Pero si dedicas tu vida a hacer todo lo malo que sabes que no debes, las consecuencias serán negativas y tu vida, un desastre.

¡La reacción de Dios cuando lo amas y obedeces es que te ben­dice sin límites!

«Les doy a elegir entre bendición y maldición. Bendición, si obedecen los mandamien­tos del Señor su Dios, que hoy les he ordenado» (Deuteronomio 11:26,27).

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