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miércoles, 14 de enero de 2015

Matutina de la Mujer: Enero 14, 2015

Manos de bendición


Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió los dos peces entre todos. Y comieron todos, y se saciaron. Marcos 6:41, 42



Las manos de una persona nos dicen mucho acerca de ella. Si vemos, por ejemplo, a un hombre adulto con las manos y las uñas negras, pensamos que seguramente es mecánico. Si alguien tiene manos delicadas, deducimos que trabaja en una oficina.

 ¿Cómo habrán sido las manos de Jesús? Seguramente eran fuertes y con dedos gruesos, a causa del trabajo en la carpintería. Sin embargo, la forma en la que Jesús usó sus manos en su ministerio terrenal nos dice mucho de su persona. Las suyas eran manos de bendición.

 Luego de haber escuchado durante todo el día a Jesús, una multitud de más de cinco mil personas ya mostraba signos de hambre y cansancio. Jesús quiso alimentarias para que no regresaran a sus pueblos con hambre. Pero lo único que tenían eran cinco panes y dos peces entregados por un niño. Jesús usó lo que había: tocó los panes con sus manos, los bendijo y se multiplicaron. Él podría haber dicho “que haya pan”, así como lo hizo en la creación; sin embargo, prefirió multiplicar lo que tenía en sus manos. Podría haber creado una mesa llena de manjares, pero no lo hizo. Usó lo poco y sencillo que había. Jesús bendice lo poco y sencillo que tengamos.

 Dios está listo para abrir sus manos y darnos su bendición. “Los ojos de todos se posan en ti, y a su tiempo les das su alimento. Abres la mano y sacias con tus favores a todo ser viviente” (Sal. 145115, 16, NVI). A veces nos cuesta abrir las manos para dar. Pero Dios no es así; con solo abrir su mano puede abrir las compuertas de los cielos y colmarnos de bendiciones, aunque no lo merezcamos.

Sin embargo, para que Jesús bendiga algo, tú tienes que dárselo. El no habría bendecido los panes si el niño no se los hubiese dado.

 ¿Qué necesitas hoy de Jesús? ¿Será que necesitas que bendiga tu cuerpo para que recuperes tu salud, o tu matrimonio, o tus finanzas? ¡Entrégaselos hoy, porque las manos de Jesús son manos de bendición!.

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