Matutina de Jóvenes: Enero 19, 2015

La intervención de los ángeles

A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán. Salmo 91:11, 12.

Una mente escéptica podría “demostrar” que aquello a lo cual muchos creyentes suelen atribuir un carácter milagroso, en relación con cosas que les suceden en la vida cotidiana, son casualidades, que tienen una explicación lógica y racional de orden natural. Sin embargo, y aunque no son tan frecuentes, ocurren lo que solemos denominar verdaderos “milagros”; es decir, hechos que se salen de la normalidad, que no tienen una explicación natural y racional, y que revelan la intervención de algo sobrenatural.

En su juventud, Alfredo vivía en una provincia del norte de la Argentina, gran productora de cítricos, y trabajaba como conductor de un camión que transportaba naranjas. Cierta vez tuvo un problema con la tracción del vehículo, y se tiró bajo el camión, cargado de toneladas de naranjas, para tratar de arreglar el desperfecto. De repente, oyó un ruido tremendo que provenía del camión, mientras que, al mismo tiempo, sintió una fuerza poderosa (como si fuesen unas manos muy fuertes) que lo sacó de debajo del vehículo mientras que, en menos de un segundo, toda esa masa inmensa caía en el suelo, provocando un ruido atronador.

Si Alfredo hubiese tardado un segundo más en salir, habría muerto aplastado por las toneladas de peso que cargaba. Él no salió por su cuenta de ese lugar; fue sacado por “algo” o, más específicamente, por “alguien” poderoso. Al reaccionar y tratar de ver quién había sido su salvador de una muerte segura, advirtió que seguía solo en la carretera.

¿Puede ser casualidad lo que le sucedió a Alfredo? ¿Hay explicación lógica? El relato me fue contado por su protagonista, y él está seguro de que Dios le mostró, con este milagro, que tiene un plan para su vida.

Confía hoy en Dios, en su cuidado, en su intervención en tu vida, sabiendo que no necesitas caminar solo por los caminos de esta Tierra, sino que hay un Dios poderoso y bueno que se interesa en ti y que, de creerlo necesario, intervendrá de manera muy evidente, para socorrerte.