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jueves, 1 de enero de 2015

Matutina de Adultos: Enero 1, 2015

La página en blanco


Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará  (SALMO 37:5)



Una página en blanco podría parecer que no dice nada porque nada hay escrito en ella, pero puede sugerir o insinuar muchas cosas.
Una página blanca es una página inmaculada, limpia, sin borrones ni manchas. También es símbolo de lo inédito; es el espacio donde todavía se pueden escribir proyectos, trazar itinerarios, determinar acciones del futuro. El gran poeta Rabindranath Togore, escribió esto maravillosos versos: «Has escrito ya muchas páginas en tu libro; unas son tristes, otras alegres, unas limpias y claras, otras son borrosas y oscuras. Pero aún queda una página en blanco, la que has de escribir en este día,  Te falta por llenar la página de hoy. Piensa y quieres que esta sea la página  más bella, la más sincera, la más sentida.  Cada mañana al despertar recuerda  que aún has de llenar la mejor de tus páginas, la que dirá lo mejor que tú puedes dejar en el libro que estás escribiendo con tu propia vida. Piensa que siempre te falta por escribir. la página más bella».

Al comienzo de un nuevo año, la página blanca significa tiempo de oportunidad, de empezar de nuevo, de dejar atrás experiencias rotas. Es tiempo, para algunos, de resucitar como el hijo de la vida de Naín cuando Jesús le dijo: «Joven, a ti te digo, levántate» (Lucas 7:14). Y la oportunidad nos trae a nosotros los cristianos retos y desafíos. En este nuevo año, estamos llamados a marcar el rumbo de la iglesia en un mar de confusión y vientos vertiginosos.

Hoy, cuando debemos afrontar los hechizos de un mundo devorador de conciencias, cuando el tiempo se nos acaba para el cumplimiento de la misión, Dios nos da la providencial oportunidad de escribir la página más bella, la mejor de nuestras páginas.

La página blanca representa también tiempo de aceptar compromisos. Daniel, al llegar a Babilonia, deportado, separado de sus padres, aunque escogido para formar parte de la corte caldea, y aun sabiendo el peligro que corría en aquel ambiente corrupto, tomó una importante resolución que escribió en esa nueva página de su vida: «Propuso en su corazón no contaminarse» (Daniel 1:8).

En este año, tú también proponte no contaminar tu vida con malas influencias. Deja que el cielo te use como un poderoso testimonio de que hay un Dios en los cielos…

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