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viernes, 26 de diciembre de 2014

Matutina de Menores: Diciembre 26, 2014

COMO UN LADRÓN


«Despiértate […J. Recuerda, pues, la enseñanza que has recibido; síguela y vuélvete a Dios. Si no te mantienes despierto, iré a ti como el ladrón, cuando menos lo esperes» (Apocalipsis 3: 2, 3).



Los soldados alemanes contratados por el Imperio Británico para servir a las colonias inglesas durante la Guerra de la Independencia de Estados Unidos estaban apostados en Trenton, Nueva Jersey. La celebración de la Navidad de 1776 se extendió hasta muy entrada la noche. El coronel Rall pensaba que su campamento estaba a salvo, pues el general George Washington y su ejército estaban al otro lado del río Delaware. Rall se sentía tan seguro que colocó a un solo guardia en el campamento, sin siquiera molestarse en ordenar a sus hombres que alistaran los cañones.

Cuando los soldados se fueron a dormir bajo los efectos de la juerga, el coronel Rall y los demás oficiales se sentaron en el cuartel general, pero no para planear una estrategia, sino para jugar a las cartas y seguir bebiendo. En algún momento durante la noche, un guardia llevó un mensaje al cuartel general y se lo dio al cabo de turno. «Un colono americano leal a la corona británica me pidió que le entregara esta nota al coronel Rall», dijo el guardia. El cabo tomó la nota y entró en el cuarto donde los oficiales estaban jugando. Trató de explicar su misión, pero Rall, que estaba ganando y no quería que lo molestaran, guardó el papel en el bolsillo de su chaleco y despidió al cabo. El mensaje era de un granjero que había visto unos botes con los que el general Washington y dos mil cuatrocientos hombres estaban cruzando el río. Iban a atacar. Llegaron al campamento sin que nadie los descubriera y tomaron al ejército británico por sorpresa. La batalla duró veinticinco minutos. Más de mil soldados fueron tomados prisioneros. El coronel Rall se había derrotado él mismo; y probablemente murió sin saber que la nota podría haber salvado su vida y haberlo ayudado a ganar la guerra.

Jesús va a volver. No como un bebé en un pesebre, sino como el Rey de reyes y Señor de señores. Él nos advirtió que debemos prepararnos para su regreso. No te derrotes a ti mismo haciendo lo que no conviene. Prepárate.

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