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jueves, 25 de diciembre de 2014

Matutina de Menores: Diciembre 25, 2014

La canción de los ángeles


«Esa noche había unos postores en los campos cercanos, que estaban cuidando sus rebaños de ovejas» (Lucas 2: 8, NTV).



Las estrellas brillaban en el cielo como diamantes desparramados sobre terciopelo negro. Los pastores arreaban a sus ovejas sobre una ladera cubierta de pasto, desde la que podía verse la ciudad de Belén. Tenían por delante una larga noche antes de que llegara el amanecer pudieran regresar a sus hogares. Una larga noche para mirar las estrellas y disfrutar de una conversación entre amigos.

Imagina que eres uno de esos pastores. El viento mueve tus cabellos. Escuchas cómo los pastores de mayor edad conversan: primero intercambian novedades; luego comienzan a hablar de temas más importantes, como el cumplimiento de «la Promesa». Ves las siluetas de dos o tres pastores jóvenes, vigilando la línea exterior del rebaño y arreando a alguna oveja alejada.

Te unes a uno de los grupos de pastores jóvenes que están esparcidos a lo largo de la ladera. Los oyes mientras hablan de sus sueños, de la muchacha más hermosa del pueblo, de la última riña con los romanos, y del Rey prometido. De repente, una luz muy intensa llena el cielo. Un ángel, que viene directo desde el trono de Dios, les da el mensaje más importante jamás enviado desde el espacio exterior: «¡Cristo, el Mesías, ha nacido!». Oyes un coro de ángeles cantar «Gloria a Dios en las alturas Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor».

Ahora toma tu Biblia y lee Lucas 2: 9 al 20. Que tu familia o amigos participen. Van a necesitar un narrador o dos personas que puedan leer los textos en forma alterna. También a alguien que diga las palabras del ángel Gabriel. Entre todos pueden formar el coro de ángeles.

¿Cómo habrá sido para Dios el Padre, Dios el Espíritu Santo y el resto de los ángeles ver los sucesos de esa noche? ¿Qué preguntas te imaginas que le habrán hecho los ángeles a Dios? Satanás y sus demonios también observaban todo, pero con horror. ¿Crees que se habrán sorprendido de que el Hijo de Dios cumpliera su promesa? Y el resto de los habitantes del universo ¿qué te imaginas que habrán pensado? Finalmente imagina a la mayoría de los habitantes del mundo, que ni siquiera notaron tan maravilloso suceso. Justamente aquellos por los cuales vino Cristo.

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