Matutina de Menores: Noviembre 4, 2014

Más fuerte que Popeye

“Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel y de los profetas. Por la fe conquistaron países, impartieron justicia, recibieron lo que Dios había prometido, cerraron la boca de los leones, apagaron fuegos violentos, escaparon de ser muertos afilo de espada, sacaron fuerzas de flaquezas y llegaron a ser poderosos en la guerra” (Hebreos 11: 32-34).

Qué texto bíblico tan largo el de hoy, ¿verdad? Todas las personas mencionadas fueron héroes, más poderosos que cualquier superhéroe. ¿Sabes por qué? Porque cada uno de ellos fue un héroe real, no un personaje inven­tado, salido de las páginas de un libro de historietas o de la imaginación de algún escritor. Las experiencias que vivieron, sucedieron de verdad. Si quie­res temblar de emoción, lee las batallas de Gedeón o las aventuras de David. Además, como fueron seres humanos reales, eran débiles como nosotros; era Dios quien les daba la fuerza para vencer. Probablemente tú nunca ten­gas que estar en un foso con leones, pero puedes tener la certeza de que el mismo Dios que cerró la boca a los leones, resolverá tus problemas.

Otro héroe de ficción, el marinero Popeye, apareció por primera vez en la década de 1930. Él decía que obtenía su increíble fuerza y sus enormes músculos del hierro de la espinaca. En consecuencia, muchos niños de todo el mundo comenzaron a comer más espinacas. Sin embargo, el creador de Popeye cometió un pequeño error matemático: las espinacas tienen diez veces menos hierro de lo que él creía. La verdad es que la espinaca no con­tiene ni más ni menos hierro que cualquier otro vegetal de hoja verde. Sin embargo, en la década de 1940 los nutricionistas descubrieron algo que le dio un poco de razón a Popeye: el ácido fólico de la espinaca da fuerzas. Quizás por eso Popeye tenía tanto músculo.

Si quieres desarrollar bíceps prominentes o músculos fuertes en las pier­nas, tienes que hacer algo más que comer espinacas. Deberás pasar horas ejercitando tu cuerpo. Lo mismo ocurre si de verdad quieres poseer la in­creíble fuerza espiritual de los héroes de la Biblia. Para formar bíceps espiri­tuales bien desarrollados y músculos morales fuertes, tienes que ejercitar tu fe en Dios y en sus promesas.