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lunes, 17 de noviembre de 2014

Matutina de Menores: Noviembre 17, 2014

Escribe tu propio salmo


“Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. Den gracias al Dios de dioses, porque su amor es eterno. Den gracias al Señor de señores porque su amor es eterno. Al único que hace grandes maravillas porque su amor es eterno Salmo 136:1-4.



Estaba sentada junto al mar observando como el sol del atardecer jugueteaba sobre las olas. Mi mirada se detuvo en una pequeña foca que pescaba su cena. Desaparecía en el oleaje, subía a la superficie y volvía sobre su lomo. Desde donde estaba sentada, podía oír cómo partía los huesos de su boca. Cuando terminaba de comer, la foca extendía sus aletas sobe la línea del agua y parecía que aplaudía a su Creador. Era como si estuviera tan contenta que teía que decir “gracias”.

¿Alguna vez te sientes como esa foca, tan agradecido por todo lo que Dios ha hecho por ti que no puedes menos que cantar o aplaudir? Estoy segura que hay una explicación perfectamente científica de por qué las focas aplauden con sus aletas, pero ¡me gusta mucho más su propia interpretación!

Cuando David, el muchachito pastor, componía salmos a su Dios, escribía de las cosas que veía y escuchaba. Imaginemos a David pastoreando a sus ovejas en la ladera de una colina. Cuando está seguro de que están todas contentas pastando en la hierba verde, busca una roca para sentarse. Mira a su alrededor, a las ovejas, los árboles, las flores silvestres, el cielo azul y su corazón se llena de felicidad, toma su lira y comienza a cantar. ¿Cuál es el resultado de la alegría de David? El Salmo 23.

Vamos a componer un salmo. Con tu familia o amigos, utilicen el modelo del Salmo 136 y creen su propia canción de agradecimiento y alabanza. Por turnos lean el texto bíblico de hoy y completen los espacios con cosas por las cuales están agradecidos. Luego, repitan las palabras “su amor es eterno” al unísono. Probemos una vez. Yo comenzaré.

“Den gracias al Señor por las focas y los delfines, que me recuerdan la gracia y la alegría de Dios”.

(Juntos) “Su amor es eterno”.

(Ahora es tu turno) “Den gracias al Señor, por……………….”

(Juntos) “Su amor es eterno”

Continúen creando su propio salmo hasta que a cada uno le haya tocado el turno.

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