Buscar...

jueves, 23 de octubre de 2014

Matutina de Menores: Octubre 23, 2014

La herencia de Lucy


No queremos que se vuelvan perezosos sino que sigan el ejemplo de quienes por medio de la fe y la constancia están recibiendo la herencia que Dios les ha prometido (Hebreos 6:12)



Ayer compartimos un día muy especial en la herencia de cada adventista del séptimo día. La familia de William Miller fue una de muchas que decidieron estudiar la Biblia para poder encontrar y corregir su error.

Lucy creció, se casó y fue madre. ¿Qué te parece que les contó a sus hijos acerca del día que esperaron a Jesús en la colina? ¿Piensas que los animó a que ellos mismos estudiaran el tema? ¿Puedes escuchar a Lucy diciéndoles a sus hijos «no quiero que se vuelvan perezosos, sino que imiten a aquellos que con fe y paciencia heredan las promesas»?. Lucy finalmente murió heredando la promesa. La promesa de Dios le perteneció a Lucy el día que por primera vez la creyó, no el día en que se cumpla.

Hoy puedes visitar la iglesia en la cual predicó William Miller, y te puedes sentar en el banco en el que se sentaba Lucy mientras escuchaba los mensajes de su papá. También puedes visitar el cementerio donde ella duerme hasta el día en que Jesús regrese. La salvación de Lucy está asegurada. La tuya también puede estarlo. Pero primero, es importante que descubras de qué se trata la salvación. Así como lo hicieron William Miller, Elena G. de White, y tantos otros, debes descubrir las verdades por ti mismo. ¿Sabes cuáles son las verdades que estos pioneros adventistas te legaron? ¿Sabes qué te distingue como adventista del séptimo día? ¿En qué crees? en un papel ¿puedes hacer una lista de diez verdades que te identifican como adventista del séptimo día?

Tú y yo no podemos ser perezosos acerca de lo que creemos y acerca el regreso de Jesús. La herencia de Lucy Miller no nos libra, a los que vivimos en el año 2014, de la responsabilidad de estudiar por nosotros mismos. Al contrario, para desarrollar fe en las promesas de Dios, debemos descubrir por nuestra cuenta lo que Dios espera de sus hijos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario