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lunes, 6 de octubre de 2014

Matutina de Adultos: Octubre 6, 2014

La justificación por la fe y el fuerte clamor


Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia [...]. Salid de ella, pueblo mío. Apocalipsis 18:1-4.



Ayer vimos que un aspecto del mensaje de 1888 de Waggoner y de Jones que entusiasmó a Elena de White era que habían combinado las dos mitades de Apocalipsis 14:12. No solo predicaban los Mandamientos de Dios sino también la fe en Jesús como Señor y Salvador. De este modo, habían rescatado las verdades de la justificación por la fe “de la compañía del error [antinomianismo]” y las colocaron “en su marco adecuado”: el mensaje del tercer ángel (Manuscrito 8a, 1888).

Desde la perspectiva de ella, la importancia del mensaje de 1888 no era por alguna doctrina adventista especial originada por Jones y Waggoner, sino la reunificación del adventismo con el cristianismo básico. Esta exaltaba a Jesucristo como el pilar central de toda vivencia y pensamiento cristianos, proclamaba la justificación por la fe y enseñaba la santificación que se
refleja en la obediencia a la Ley de Dios, mediante el poder del Espíritu Santo.

Una vez que captamos que la esencia de la contribución de Jones y Waggoner fue la combinación de las diversas partes del mensaje del tercer ángel, es posible que entendamos la intrigante declaración de ella en cuanto al comienzo del fuerte clamor en 1888. En la Review del 22 de noviembre de 1892, leemos: “El tiempo de prueba está precisamente delante de nosotros, pues el fuerte pregón del tercer ángel ya ha comenzado en la revelación de la justicia de Cristo, el Redentor que perdona los pecados. Este es el comienzo de la luz del ángel cuya gloria llenará toda la Tierra. Esto es así, porque la obra de cada uno a quien ha llegado el mensaje de amonestación es la de exaltar a Jesús” (MS 1: 425).

Jones, al confundir la lluvia tardía (el derramamiento del Espíritu Santo: una persona) con el fuerte clamor (un mensaje), hizo mucho aspaviento con la declaración del fuerte clamor en 1892, al proclamar que la lluvia tardía había comenzado. Pero, debió haber leído con más atención: era el fuerte clamor, y no la lluvia tardía, lo que había comenzado en Minneápolis.

La enérgica observación que hizo Elena de White en 1892 fue que por fin en 1888 los adventistas del séptimo día finalmente tenían el mensaje completo de misericordia para predicarlo al mundo antes de la Segunda Venida. El mensaje del fuerte clamor proclamaría la importancia perpetua de los Diez Mandamientos en el contexto de una fe firme en Jesús como Señor y Salvador; todo enunciado dentro de la expectativa por la Segunda Venida (Apoc. 14:12).

¡Qué mensaje!

Y Dios quiere que seamos fieles a estas tres partes.

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