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sábado, 25 de octubre de 2014

Matutina de Adultos: Octubre 25, 2014

La “adventización” de la educación adventista: El experimento Avondale -3


Todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. Hebreos 8:11.



Parte de la experiencia del nuevo Pacto reflejado en Hebreos 8 es educativo. Conocer a Dios y su voluntad es fundamental para el nuevo Pacto. Con eso en mente, no es casual que la revolución posterior a Minneápolis, que había comenzado a transformar el pensamiento adventista sobre el lugar de Cristo y la Biblia para el adventismo, también determinara en gran medida la filosofía educativa de la iglesia.

Fue a la luz del experimento de Avondale que Elena de White escribió que “las producciones humanas se han usado como si fuesen más esenciales” en la educación adventista anterior, “y la Palabra de Dios ha sido estudiada simplemente para dar color a otros estudios” (EC 54, 55).

Ese modelo, afirmó, debía llegar a su fin. “No ha de introducirse la Biblia en nuestras escuelas para ser intercalada en medio de la incredulidad. La Biblia debe llegar a ser el fundamento y el tema de la educación [...]. La Biblia debe usarse como la Palabra del Dios vivo, y debe ser tenida como lo primero y lo último y mejor en todas las cosas. Entonces se verá el verdadero crecimiento espiritual. Los alumnos desarrollarán caracteres religiosos sanos, porque comen la carne y beben la sangre del Hijo de Dios. Pero, a menos que sea cuidada y promovida, la salud del alma decaerá. Manteneos en el conducto de la luz. Estudiad la Biblia” (EC 243).

Nuevamente: “La educación superior es un conocimiento experimental del plan de la salvación, y se la obtiene por el estudio fervoroso y diligente de las Escrituras. Esta educación renovará la mente y transformará el carácter, restaurando la imagen de Dios en el alma. Fortalecerá la mente contra [...] el adversario, y nos habilitará para comprender la voz de Dios. Enseñará al alumno a ser colaborador con Jesucristo [...]. La sencillez de la verdadera piedad es nuestro pasaporte de la escuela preparatoria de la Tierra a la escuela superior del cielo.

“No se puede adquirir una educación superior a la impartida a los primeros discípulos, la cual nos es revelada por la Palabra de Dios. Adquirir la educación superior significa seguir implícitamente la Palabra, andar en las pisadas de Cristo, practicar sus virtudes. Significa renunciar al egoísmo y dedicar la vida al servicio de Dios” (CM 13).

Ahora existe la plataforma de la educación revolucionaria, para una vida cristiana.

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