Buscar...

lunes, 22 de septiembre de 2014

Matutina de Adultos: Septiembre 22, 2014

La relación entre la doctrina y el amor cristiano


Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros [...]. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. 1 Juan 4:11, 12.



Supongo que si pudiéramos obtener la salvación con nuestras propias fuerzas, podríamos tener razones para estar orgullosos de nuestros logros, e incluso tratar a otros “seres inferiores” con un poco de disgusto porque no han logrado alcanzar nuestro “elevado nivel de realización”.

Pero, no es así como ocurren las cosas. Todos han fracasado y seguirán fracasando; solo el amor de Dios es lo que nos rescata. Dado ese hecho, la única respuesta posible es amar a él y a nuestros semejantes. El amor es la única respuesta cabal para un Dios que nos ha salvado a pesar de nosotros mismos.

No es que la doctrina no sea importante. Elena de White, por ejemplo, tenía un profundo interés en la interpretación correcta de la Biblia y de la doctrina cristiana. No obstante, estaba aún más preocupada porque hubiese estudio bíblico y análisis doctrinal en el contexto del amor cristiano.

En 1887, al ver el cruel espíritu de Minneápolis asomando en el horizonte, había escrito que “hay peligro de que nuestros pastores se explayen demasiado en las doctrinas [...] cuando su propia alma necesita piedad práctica” (Carta 37, 1887).

Nuevamente en 1890, D. T. Jones (secretario de la Asociación General) escribió a Guillermo White, diciendo que “tu madre y el Dr. Waggoner dicen que los puntos de doctrina no son para nada los temas en cuestión, sino el espíritu mostrado por nuestro pueblo en oposición a estos interrogantes que objetan. Me siento totalmente libre de reconocer que el espíritu no ha sido el Espíritu de Cristo. No ha sido así en mi caso, y creo que puedo discernir lo suficiente como para estar seguro al decir que no ha sido así en el caso de otros. Muchas veces reflexioné en este asunto y me pregunté por qué esos temas prácticamente sin importancia causaban tanto revuelo, como una división [...]. El propósito en la mente de tu madre y en la mente del Dr. Waggoner no era implantar estas cuestiones e imponerlas a la fuerza sobre todos, sino presentar la justificación por la fe y el Espíritu de Cristo, y tratar de que la gente se convierta a Dios”.

¡Ese es el punto crucial! Enfrentémoslo: cuando nuestro “cristianismo” nos hace ser desamorados, obviamente no tenemos algo auténtico, aunque tengamos razón en todas las doctrinas. Pero, cuando nos damos cuenta de que Cristo, mediante la gracia de Dios, verdaderamente nos ha rescatado del abismo del pecado, nuestra respuesta será el amor. La falta de amor indica que todavía tenemos que ser rescatados.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario