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domingo, 31 de agosto de 2014

Matutina de Adultos: Agosto 31, 2014

Cómo hacer teología: apelaciones a la autoridad humana -1


¿Qué dice la Escritura? Romanos 4:3.



¿Qué tiene para decir la Biblia sobre este tema? Ese era el interrogante de Pablo al pensar en la justificación por la fe en el libro de Romanos. También había sido el planteo de los primeros adventistas sabatarios. Al ser un pueblo radicalmente comprometido con la Biblia, se había negado a usar la tradición, la autoridad eclesiástica, la experiencia académica o cualquier otra forma de autoridad religiosa para resolver sus interrogantes teológicos. Era el pueblo de un Libro.

Las cosas habían cambiado entre los dirigentes adventistas a fines de la década de 1880. En la era Minneápolis, intentaban usar al menos cuatro formas de autoridad humana con el fin de resolver las controversias teológicas que preocupaban a la iglesia.

La primera se centraba en la posición autoritativa. Butler, con su voluntad férrea, era especialmente susceptible a ese enfoque. Su concepto de que los líderes tenían “criterios más claros” y posturas más importantes que los seguidores lo preparó para ciertos abusos de autoridad. Elena de White lo reprendió, en octubre de 1888, por favorecer a quienes concordaban con él, mientras que miraba con sospechas a los que “no se sentían obligados a recibir las impresiones e ideas de los seres humanos, [actuando] solo como ellos actúan, [hablando] solo como ellos hablan, [pensando] solo como ellos piensan y, de hecho, [volviéndose] poco menos que máquinas” (Carta 21, 1888).

El enfoque del presidente de la Asociación General, al incentivar a los adventistas “a mirar a un solo hombre para que piense por ellos, para que sea su conciencia”, a los ojos de la señora de White, había creado demasiados débiles, que se convertían en “incapaces de permanecer en su puesto del deber” (Carta 14, 1891).

Al denigrar la postura autoritativa en temas doctrinales y bíblicos, Elena de White señaló, en diciembre de 1888, que “no deberíamos considerar que el pastor Butler ni el pastor Smith son los guardianes de las doctrinas de los adventistas del séptimo día, y que nadie puede atreverse a expresar una idea que difiera de la de ellos. Mi clamor ha sido: Investiguen las Escrituras por su cuenta [...]. Ningún hombre debe ser una autoridad para nosotros” (Carta 7, 1888; énfasis añadido).

Y así es. La Palabra de Dios, según se encuentra en la Biblia, es la autoridad para todo creyente. Así fue en 1888. Y así lo es todavía hoy. Con eso en mente, con el apóstol, necesitamos comenzar cada día con un “¿Qué dice la Escritura?”

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