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sábado, 7 de junio de 2014

Matutina de Jóvenes: Junio 7, 2014

Hiram


Hiram, rey de Tiro, envió una embajada a David, y también le envió madera de cedro, carpinteros y canteros, para construirle un palacio. Con esto David se dio cuenta de que el Señor, por amor a su pueblo, lo había establecido a él como rey sobre Israel y había engrandecido su reino. 2 Samuel 5:11, 12.



A veces, los que están más lejos consiguen ver mejor que aquellos que están demasiado cerca. Creo que por eso los consejeros consiguen tantas veces tan buenos resultados. Lo normal es que ellos no estén involucrados en el problema, por eso consiguen ser objetivos y más precisos.

Hiram era un vecino “lejano” de David. Mientras este tenía su campo de acción hacia el sur del territorio israelita, el rey de Tiro compartía la frontera norte de la tierra de Israel.

Los filisteos, por su parte, compartían una larga frontera con el reino de David. Lo habían visto matar a Goliat, había vivido entre ellos, sabían de lo que era capaz y, pese a todo esto, lo atacan (en 2 de Samuel 5 se relatan dos ataques filisteos, y dos victorias del ejército de Israel).

Hiram no conocía a David, pero quiso hacer alianza con el hijo de Isaí ¿Por qué la gente que no es religiosa busca a ciertos cristianos e ignora a otros?

Creo que, en algunos casos, los peores por cierto, es porque los cristianos “buscados” son tan parecidos a quienes no son religiosos, que no se notan diferencias. Los buscan porque los sienten iguales. El otro extremo es de aquellos cristianos que parecen bañarse en repelente; es imposible acercarse a ellos. Calculo que deben tener una sensación de santidad tan alta que no les permite bajar de su pedestal.

En la época de Jesús, serían los publícanos y los fariseos; nosotros los llamamos liberales y legalistas. Pero es lo mismo. Lamento por los dos grupos, porque Jesús -nuestro Modelo- no estará presente en ninguno de los dos casos. Él era profundamente diferente de los no religiosos, pero los atraía con tanta facilidad que ellos querían estar con él.

Hiram, a la distancia, sabía que David era diferente. Hoy te puedes cruzar con algún Hiram que decidirá acercarse a ti, a tu círculo de amistades o a tu iglesia, dependiendo del poder que demuestres que gobierna tu vida.

Recuerda: tú eres un embajador de Dios.

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