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sábado, 28 de junio de 2014

Matutina de Adultos: Junio 28, 2014

En busca de la educación adecuada -3


Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar. Salmo 32:8.



Los adventistas del séptimo día habían dado un paso importante en la adopción de la escuela de Bell, en 1872, como la primera escuela oficial de la iglesia. Pero, los líderes sabían que tenían que hacer más, por la sencilla razón de que requerían de algún medio para preparar pastores. Hasta la década de 1870, un joven que deseara ser pastor, simplemente, observaba cómo hacían las cosas los pastores de más edad y salía a hacer lo mismo.

En 1873, Jaime White, la bujía para cada progreso adventista, se dio cuenta de que la iglesia necesitaba hacer algo en cuanto a la capacitación de dirigentes. “Probablemente no haya ninguna rama de esta obra”, dijo en el Congreso de la Asociación General de 1873, “que sufra tanto en la actualidad como la educación adecuada de hombres y mujeres para proclamar el mensaje del tercer ángel”. La situación demandaba “¡más educación santificada en el ministerio! Mi corazón se regocija al saber que el Espíritu de Dios se está moviendo en hombres de educación, para que entren en nuestro medio y asuman el control de la obra [educativa]”.

Pero, no era solo la educación de los pastores lo que requería una visión educativa más amplia. La iglesia también se estaba introduciendo en el terreno de las misiones extranjeras. Por lo tanto, J. N. Andrews pudo escribir, en 1873, que “debemos responder a los llamados que vienen de cada cuadrante, de hombres que hablan otros idiomas. No podemos hacer esto en nuestras circunstancias actuales. Pero, podemos hacerlo si el Señor bendice nuestro esfuerzo” en mejorar las prestaciones de la escuela de Battle Creek. “Hemos demorado demasiado tiempo este esfuerzo. El tiempo pasado no se puede mejorar, pero el tiempo que queda todavía puede mejorarse [...]. Hombres de otras nacionalidades desean ser instruidos en cuanto a” la Segunda Venida.

Los líderes habían llegado a vislumbrar que debían establecer un colegio, y eso hicieron en 1874. Justo antes de la inauguración de esa institución, el presidente de la Asociación General, George I. Butler, escribió: “Vemos una gran obra delante de nosotros [...]. Vemos que se acerca el momento en que muchos cientos de misioneros saldrán de esta tierra a otras tierras, para hacer resonar el mensaje de advertencia”. Con este fin, el colegio propuesto debía educar no solo a pastores, sino también a traductores, editores y otros que podrían llevar el mensaje del tercer ángel.

La visión nunca es estática; Dios guía a su pueblo de un paso a la vez. Cuando captamos un nivel de necesidad, él nos empuja para ver el próximo. Así es con cada aspecto de nuestra vida, si vivimos para él.

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