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miércoles, 16 de enero de 2019

Matutina de Damas : Enero 16, 2019

DIOS HA JURADO


Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? Números 23:19.


 

Ahora sí llegamos a un detalle curioso en la vida de Eliseba. Recuerda que su nombre es una variante de Elisabet, que significa “Dios ha jurado”. Los nombres eran significativos en la cultura hebrea. Por lo mismo, me llama  la atención que Eliseba, la esposa del sumo sacerdote Aarón, tenía una cuñada llamada Miriam, variante del nombre María, que era profetisa. Miriam no solo era hermana del sacerdote, también lo era de Moisés, el libertador escogido por Dios para sacar a su pueblo de Egipto.

Saltemos con la imaginación cientos de años en la historia bíblica. El Nuevo Testamento comienza hablando de una mujer llamada Elisabet, esposa del sacerdote Zacarías, embarazada del que sería el precursor del Mesías. Su prima, una joven llamada María, estaba embarazada del que sería tanto el Libertador como el Sumo Sacerdote que intercedería por los pecados del pueblo y por la salvación de los justos. Cuando ocurre el encuentro entre ellas, ambas profetizan.

Nuevamente regresemos a Eliseba, “Dios ha jurado”. ¡Maravilloso! ¡Gloria a Dios! ¡Él no es hijo de hombre para que mienta! En la historia del pueblo de Israel y de muchos de sus integrantes, incluyendo a Eliseba, Dios ya estaba ejemplificando eventos futuros dentro de su plan de salvación, tal como lo había revelado al pueblo de Israel. Los personajes bíblicos nunca aparecen en la escena por casualidad. Dios tiene un propósito en todo lo que acontece a su pueblo. Para mí es motivo de gozo captar la obra del Espíritu Santo a través de la inspiración de los escritos sagrados. La figura de Eliseba, Elisabet, en los comienzos de la historia del pueblo de Dios, viene a ser precursora del lugar que ocuparía otra importante Elisabet en el tiempo mesiánico.

Créeme: Dios cumple lo que promete. Sobre todo, puedes descansar teniendo la seguridad de que él está siempre al control de los eventos de esta tierra. Eliseba tiene que haber comprendido la importancia de su papel como esposa del sumo sacerdote, y las consecuencias que tendría su fidelidad para la posteridad. Ella es un modelo para ti y para mí. Sea cual sea el llamamiento, recuerda que Dios es el que capacita.—

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