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domingo, 18 de noviembre de 2018

Matutina de Adultos : Septiembre 18, 2018

Cristo triunfó en el Edén


«Y el Señor Dios hizo ropa de pieles de animales para Adán y su esposa». Génesis 3: 21, NTV


DESDE EL PRINCIPIO, cuando la humanidad cayó y se encontró en medio de la batalla entre el bien y el mal, Dios prefirió salvarla que perderla. La rescató de la vergüenza en la cual se encontraba sumida. Tanto fue así que, cuando Adán y Eva se escondieron de su presencia, el Señor fue en su búsqueda y los vistió con lo mejor que tenía.

Dios no es vengativo, ni arbitrario, ni tirano; es justo, razonable y correcto. Prefirió hacer de un hombre y una mujer caídos y maltrechos, y con sentimientos de culpa muy fuertes, un hombre y una mujer redimidos para el cielo.

¿No podría Jehová haber eliminado lo que estaba contaminado por el pecado y hacerlo todo de nuevo? ¿No podría haber creado seres como los del principio? Claro que sí, pero su amor es tan grande que prefiere trabajar más para hacer de lo que se perdió, algo perfecto como lo es él.

Esa es la razón por la cual los sacó del huerto con protección divina. Los mantuvo a su lado todo el tiempo que vivieron. Formaron una familia y establecieron una generación para el mundo, llena de arte, sabiduría y ciencia.

Satanás los reclamaba como suyos, pero Dios no se lo permitió, por eso, estableciendo las reglas, dijo: «Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón» (Génesis 3: 15).

Adán y Eva se levantaron de donde estaban caídos y volvió a ellos la esperanza de vivir. No importa en qué situación nos encontremos. No podemos estar peor que nuestros primeros padres; si ellos se levantaron y fueron rescatados, la sangre de Cristo derramada en la cruz del Calvario también nos puede rescatar y renovar a nosotros. Levantémonos y vayamos a Cristo, él tomará nuestra vida, la hará nueva y la llenará de su Santo Espíritu para el día de la redención.

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