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viernes, 1 de junio de 2018

Matutina de Adultos : Junio 1, 2018

Un grito de angustia y un canto de alabanza


«Pero yo, gusano soy y no hombre; la gente se burla de mí, el pueblo me desprecia, Cuantos me ven, se ríen de mí; lanzan insultos, meneando la cabeza: “Este confía en el Señor, pues que el Señor lo ponga a salvo! Ya que en él se deleita, ¡que sea él quien lo libre!”». Salmo 22: 6-8, NVI


EN ESTOS VERSÍCULOS, el salmista expresa su desamparo y debilidad describiendo al mismo tiempo, de manera tipológica, lo que Cristo sufrió por la humanidad: «Abrieron contra mí su boca como león rapaz y rugiente. He sido derramado como el agua y todos mis huesos se descoyuntaron. Mi corazón fue como cera, derritiéndose dentro de mí. Como un tiesto se secó mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar. ¡Me has puesto en el polvo de la muerte! Perros me han rodeado; me ha cercado una banda de malignos; desgarraron mis manos y mis pies. [. . . ] Repartieron entre sí mis vestidos y sobre mi ropa echaron suertes» (Salmo 22: 13-16, 18).


 
Los autores del Nuevo Testamento presentan que lo dicho en el Salmo 22 se cumplió históricamente en la crucifixión de Cristo, en ese sacrificio perfecto e indispensable para el perdón de nuestros pecados. Este incomparable poema declara que el siervo que sufrió, murió triunfante sabiendo que entregó su vida por todos nosotros. Con bellas palabras, el salmista narra cómo fue escuchada su oración y cómo alabará a Dios por ello ante todos.

En el salmo se percibe claramente el paso de la desesperación a la confianza renovada en Dios, y concluye en los versículos del 22 al 31 con un mensaje de alabanza: «Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré. Los que teméis a Jehová, ialabadlo! iGlorificadlo, descendencia toda de Jacob! iTemedlo vosotros descendencia toda de Israel!» (Salmo 22: 22, 23).

El mensaje es para todos, pues Cristo murió por todos para darnos la esperanza de la vida eterna. Él obtuvo la victoria y él es digno de honra y gloria por siempre. Sí, hubo un grito de angustia en el Calvario; pero también un canto de alabanza, porque nuestra salvación está asegurada. Alabemos y demos gracias a Cristo cada día por su plan de salvación.

#MatinalDeAdultos

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