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lunes, 7 de mayo de 2018

Matutina de Menores : Mayo 7, 2018

Los más veloces de Asia y otros grandes felinos


¿Eres tú quien busca presa para las leonas, para que coman sus cachorros hasta llenarse, cuando se esconden en su guarida o se ponen al acecho en la maleza?, Job 38: 39, 40.



El guepardo es el animal más veloz del mundo. Corre a más de 110 kilómetros por hora en trayectos cortos, tiempo suficiente para atrapar a su presa. El guepardo está casi extinto en Asia, pero en otros tiempos el emperador mogol de la India lo entrenó para que cazara animales que se sirvieran a la mesa imperial. Es un animal moteado y delgado, de largas patas.
La pantera nebulosa de Nepal y Borneo vive en bosques tropicales y es aficionada a trepar árboles. Las motas de su encantadora piel parecen hojas de menta, así que los humanos también lo llaman leopardo de la menta. Estos hermosos leopardos derriban a su presa con un golpe de sus patas delanteras, antes de acabar con ella.
El lince es pardo y de cola corta. Pesa unos 20 kilos y tiene mechones muy particulares y largos en las orejas. Suele vivir en el bosque. El caracal es del tamaño del lince pero tiene la cola más larga y el cuerpo más delgado. En el pasado, como a los guepardos, a los caracales también los entrenaron los humanos. Son los felinos más veloces y los que más saltan.
El hábitat del gato dorado asiático va desde Tíbet hasta India y Sumatra. Es muy raro ver alguno porque no se adapta bien a la presencia de humanos. Es más pequeño que el caracal y de color similar. En Birmania y Tailandia, se quema la piel de este felino para alejar a los tigres, así que ahí recibe el sobrenombre de «gato del fuego».
El gato pescador de Asia pesa de seis a once kilos. Es grisáceo con hermosos patrones en su piel. Se coloca en las orillas de los arroyos y espera que pase por allí un pez. Veloz como rayo, con su pata ligeramente palmeada, arroja al pez fuera del agua. Aunque parece tímido, puede ser feroz.
En el versículo de hoy, Dios retó a Job porque sentía lástima de sí mismo. Aun así, Dios lo cuidó. Quizá no consigamos todo lo que deseamos, pero Dios siempre nos cuida.

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