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martes, 29 de mayo de 2018

Matutina de Jovenes : Mayo 29, 2018

El rescatista rescatado


«Yo te libraré de que te maten. Podrás escapar con vida, porque confiaste en mí. Yo, el Señor, lo afirmo». Jeremías 39: 18


EL VIERNES 18 DE SEPTIEMBRE DE 2015 fui interceptado por dos jóvenes que pertenecían a una de las pandillas más temidas de la ciudad. Me amenazaron y me llevaron a un edificio abandonado. Hicieron que me quitara la camisa para ver si encontraban tatuajes alusivos a pandillas rivales. Me quitaron mi mochila para revisar su contenido. En ella llevaba mi Biblia y mi uniforme de la Unidad de Rescate Adventista (URA).

Los delincuentes pensaron que yo era un agente policial debido a las botas, que son parte del uniforme de la URA, por lo que resolvieron quitarme la vida. Yo les dije que no era policía, sino que era parte de un grupo de rescate de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Ellos, al ver mi Biblia, me preguntaron si asistía a la iglesia, y les dije que sí. Para comprobar que no les estaba mintiendo me preguntaron citas bíblicas y yo les contesté acertadamente, gracias a Dios. Luego me quitaron mis documentos y al ver la dirección donde vivía dijeron que era otra razón para quitarme la vida ya que afirmaban que vivía en una ciudad donde dominaba la pandilla contraria.


 
Todo el tiempo que estuve en aquel edificio abandonado me mantuve orando, pidiendo la protección divina. Los jóvenes me preguntaban si en verdad vivía en una ciudad controlada por la pandilla contraria a ellos o si eran ellos mismos los que controlaban la zona, a lo cual no podía responderles con certeza, porque no sabía. Esto los enojó muchísimo pero cuando estaban a punto de golpearme se detuvieron y por la misericordia de Dios decidieron no hacerlo.

Luego de más o menos una hora y media, los delincuentes decidieron dejarme ir. Me dijeron que era el primero que dejaban ir sin ningún golpe. Me devolvieron mi mochila con el uniforme y mis documentos, aunque se quedaron con mi teléfono celular y el dinero en efectivo que llevaba, solo me dejaron unas monedas para que pudiera tomar el autobús que me llevaría al lugar donde vivía mi hermano mayor. Ese día Dios me libró de morir.

Sé que conoces varios testimonios de rescates, y hoy quiero añadir que Dios enviará a su ángel para que hoy te proteja de los peligros que encontrarás.


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