Buscar...

martes, 8 de mayo de 2018

Matutina de Damas: Mayo 8, 2018

Compromiso


“Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están soportando, como si fuera algo insólito, Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también sea inmensa su alegría cuando se revele la gloria de Cristo” (1 Ped. 4:12, 13).


Fui bautizada y me uní oficialmente a la iglesia cuando tenía doce años. La mayoría de nosotros estábamos listos para hacer ese compromiso más o menos a esa edad, y pienso que fue una buena decisión para mí. Después, en la adolescencia, muchos comienzan a cuestionar la autoridad: la autoridad de los padres, los maestros y otros. De alguna forma, haberme comprometido con Dios cuando tenía doce años me ayudó a permanecer en mi familia (aunque comencé a darme cuenta de que no eran perfectos) y en la iglesia (cuyos miembros tampoco son siempre perfectos).

Me casé cuando tenía casi diecinueve años. Es una edad muy temprana para asumir un compromiso tan importante. Cuando te casas y haces todas esas promesas, no tienes idea de lo que la vida te traerá. Pueden llegar todo tipo de cosas que pondrán en peligro el compromiso del matrimonio. Pueden atacar la base misma de esta institución. Es necesario un compromiso firme para ayudarnos a pasar por los momentos difíciles.


 
Por supuesto, se nos pide que hagamos compromisos en muchos ámbitos de la vida. Es por esto que todo compromiso que hagamos debe ser sólido e inquebrantable. Nos ayuda a mantenernos firmes durante las tormentas de la vida, las idas y vueltas, las subidas y bajadas del diario vivir. Cuando no hay un compromiso con la iglesia, la familia o el matrimonio, ¿qué mantiene firme a una persona?

Permanecer fiel a un compromiso te ayuda a estar sujeta a las cosas importantes y a soportar las tragedias; también a avanzar por fe para lograr tus objetivos. ¡Alabado sea Dios, porque en la vida de Jesús encontramos el modelo perfecto de compromiso!

Si descubres que tu compromiso se ha debilitado, te invito a volver a comprometerte ahora con Dios. Él está a tu lado y puede arreglar las partes rotas de tu vida. Si nuestro compromiso con él es firme, todos los demás compromisos encontrarán su lugar adecuado. “Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido” (Heb. 10:36). Eleva tu mirada y tu corazón a Jesús, quien lo sufrió todo por ti. Él está comprometido contigo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario