Buscar...

viernes, 13 de abril de 2018

Matutina de Damas : Abril 13, 2018

“Siempre a Tiempo”


Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye.Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido” (1 Juan 5:14, 15).


Durante nuestros diez años de trabajo misionero en África, recibimos constantemente solicitudes de ayuda financiera o de becas por parte de estudiantes o de sus padres. Como resultado, siempre estábamos buscando fondos entre miembros de iglesia y amigos, para complementar nuestras propias contribuciones.

Aprovechamos cada oportunidad de presentar, en reuniones y otros eventos, las necesidades de los estudiantes con énfasis en la misión. Un sábado, luego de presentar la situación de un estudiante, un miembro de iglesia se ofreció a pagar todos los costos de su último año de estudios.

Durante un almuerzo, presentamos la historia de un refugiado de Ruanda y una familia nos dio un cheque por un valor de mil pesos. Cobramos el cheque, guardamos el dinero y comenzamos a prepararnos para volver a África. El día anterior al’Viaje, mi esposo y yo buscamos ese dinero por todas partes, pero no pudimos encontrarlo. Finalmente, tuvimos que irnos sin él.

Ya en África, usamos nuestro propio dinero para ayudar al estudiante; pero yo estaba segura de que encontraríamos el dinero, para “devolverlo” a nuestros ahorros. A menudo orábamos, pidiendo a Dios que nos mostrara dónde estaba.

Dos años después, mientras miraba los libros de nuestra biblioteca, no podía sacar los ojos de un libro de enfermería. No estaba segura de si había visto ese libro antes, así que, rápidamente, lo tomé para hojearlo. El libro se abrió por la mitad y vi un pequeño sobre blanco con nuestros nombres. Una voz dentro de mí dijo: ¿Podrá ser este el dinero perdido que hemos estado buscando? Y así era; cuando abrí el sobre, encontré diez billetes de cien pesos.

Elevé una oración de agradecimiento y corrí hasta donde estaba mi esposo, que también se alegró muchísimo. El dinero apareció justo a tiempo. En ese momento, estábamos financiando al alumno para el cual ese dinero había sido donado y, una semana antes, él nos había informado de que le habían robado la computadora portátil que habíamos comprado para él. Estábamos desolados, porque él no podría mantenerse al día con las clases, pues estaba estudiando Informática. Encontrar esé dinero fue un gran alivio. Y nos llenó de consuelo entender que Dios no siempre obra cuando queremos que lo haga, pero siempre lo hace a tiempo.

LYDIA ANDREWS es enfermera y vive en Alabama, EE. UU. Durante los diez años que trabajó en África estableció la primera licenciatura en Enfermería en Valley View University, Ghana. Hoy enseña Enfermería en Oakwood University.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario