Buscar...

jueves, 29 de marzo de 2018

Matutina de Damas : Marzo 29, 2018

¿Conoces a Jesús?


“Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección,  participar en sus sufrimientos g llegar a ser semejante a él en su muerte. Así espero alcanzar la resurrección de entre los muertos” (Fil. 3:10, 11).


No hace mucho, tuve una experiencia inusual que me impactó profundamente. Había vuelto de mi caminata matutina con mi esposo, y decidí quitar algo de maleza que había crecido en la calle justo frente a mi casa. Ya casi había terminado, cuando mi vecino salió de su casa y me saludó diciendo: —iHola, vecina! Ustedes viajan mucho, y cuando están en casa trabajan duro. No es común ver a mi vecino vestido con traje negro y Biblia en mano, así que le dije, en broma:

—Te ves como un pastor. ¿Vas a predicar hoy?

Su respuesta me tomó por sorpresa:

—Lo haré, si me lo permiten.

No esperaba esa respuesta, por lo que le pregunté sobre qué predicaría.

—Lo primero que les preguntaré es: ¿conocen a Jesús? —respondió, sorprendiéndome otra vez.

Mientras caminaba hacia la calle, continuó:

—Verás, muchas personas van a la iglesia bien vestidas, con ropa costosa, manejando autos caros, y algunos con una Biblia en la mano. Pero lo importante es si conocen a Jesús.

Y continuó:

—Mira a los discípulos. Ellos siguieron a Jesús por tres años, y no lo conocían. Pedro estuvo con él todo el tiempo pero, al final, dijo que no lo conocía. También estaba Tomás, quien caminó con Jesús, pero no le creyó. Cuando el Maestro dijo que moriría no le creyeron, porque ellos tenían otros planes. Y aquel llamado Judas se le acercó y lo besó, para que los soldados supieran a quién apresar. Sí, preguntaría a la gente si conoce a Jesús.

—Carl, tu profundo mensaje ha tocado mi corazón. Me has dado algo en lo que pensar —fue mi respuesta.

Le deseé un buen domingo y, mientras él se iba a su iglesia, yo terminé con mi tarea. Las palabras de Carl resonaban en mi mente: “¿Conoces a Jesús?” Me encontré preguntándome: Shirley, ¿conoces a Jesús? ¿O eres como las personas de las que hablaba Carl, perfectamente vestidas y con rico perfume, pero sin conocer realmente a Jesús como su Señor y Salvador?

Amiga, permíteme preguntarte a ti también: ¿Conoces tú a Jesús?

SHIRLEY C. IHEANACHO está jubilada y, con su esposo, disfruta viajando, escribiendo, visitando y cantando para los enfermos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario