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viernes, 4 de agosto de 2017

Matutina de Jovenes : Agosto 4, 2017

El justo medio


“HIJO mío, no pierdas de vista el sentido común ni el discernimiento. Aférrate a ellos” (Proverbios 3:21, NTV).


En una decisión muy discutida, tras más de 35 años, la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos rescindía, el 4 de agosto de 1987, la famosa “Doctrina de la imparcialidad”, que requería que las estaciones de radio y televisión presentaran temas controversiales de una manera equilibrada.

Introducida en 1949, esta ley obligaba a los propietarios de los medios de comunicación a abordar temas de importancia pública desde una perspectiva honesta, equitativa y equilibrada. Esta doctrina tenía dos elementos básicos: requería que los medios dedicaran el mismo tiempo en el aire para discutir los asuntos controversiales de interés público, y que transmitieran posiciones contrastantes en su análisis. No exigía que dedicaran exactamente el mismo tiempo a las dos posiciones enfrentadas, pero al menos debían presentar los dos puntos de vista. Muchos expertos afirman que era una medida saludable, que ayudaba al equilibrio, aun en medios de comunicación con posiciones políticas declaradas.

De esta manera, la “Doctrina de la imparcialidad” aseguraba que los oyentes o los telespectadores fueran expuestos a una diversidad de puntos de vista. Esta información los ayudaría a tomar mejores decisiones cuando votaran o a formarse una opinión acerca de temas clave.

Esto nos recuerda dos puntos importantes:

La manera en que nuestros pioneros estudiaban la Biblia. Antes de establecer su plataforma doctrinal, pasaron por un período de intenso estudio en sesiones que duraban toda la noche. Todos aportaban sus puntos de vista, y contribuían con su visión del significado del texto bíblico. Después, el Espíritu Santo los llevaba a identificar cuál de esas posturas se acercaba mejor al mensaje bíblico.
Promover un deseable equilibrio en nuestra aproximación hacia la vida espiritual, personal o colectiva. Vemos personas que se van a los extremos. Contra ellos, Elena G. de White nos aconseja tomar l’el camino del medio, evitando todos los extremos” (Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 235). En este sentido, ella es categórica: “Los que sigan el ejemplo de Cristo no serán extremistas” (Obreros evangélicos, p. 328).
Hoy, pide a Dios amplitud de mente, necesaria para evaluar siempre puntos de vista divergentes. Pero, por sobre todo, la sabiduría para logar el equilibrio, ese justo punto medio que nos permitirá ser semejantes a Jesús. MB

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