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jueves, 31 de agosto de 2017

Matutina de Jovenes : Agosto 31, 2017

Calígula, o la fiesta interminable


‘Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1:21).


Si hay en la historia un personaje despreciable, ese es Calígula, quien nació el 31 de agosto del año 12 d.C Diversos historiadores lo califican como psicópata antisocial, megalómano, paranoico, envidioso patológico, depravado sexual, hábil manipulador y ladrón.

Se cuenta que comía y bebía mientras presenciaba ejecuciones. Se dice que, en medio de las fiestas, tomaba a la esposa de cualquier invitado, la violaba y volvía a la mesa para contar cómo le fue. Tuvo relaciones incestuosas con sus tres hermanas y las obligaba a prostituirse; y mandó a torturar y a matar a senadores, a veces, solo para quedarse con sus fortunas.

Portaba un semblante soberbio y amenazador, e inspiraba temor donde quiera que fuese. Sabía que lo odiaban, pero admitía: “Que me odien, con tal de que me teman”. Con semejante historial, ¿cómo crees que terminó sus días? El 24 de enero del año 41 fue asesinado por sus propios guardias.

La Biblia no deja lugar a interpretaciones difusas. Y el versículo de hoy es revelador al respecto. Cuando Dios deja de ser el centro de nuestra adoración, cuando no reconocemos su amor infinito hacia nosotros y cuando no sentimos la necesidad de un Salvador, entonces aparece nuestro deslizamiento por el “tobogán” espiritual.

Algo similar ocurrió en el principio. Ya Génesis 6:5 afirma: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.

Como verás, los males en la sociedad no son nuevos y, como notarás, los dos versículos citados parecen ser una mera descripción de la actualidad.

Hoy puede ser un día histórico. Marca la diferencia siendo puro honesto, servicial. No te dejes atrapar por la envolvente capa seductora que ofrece fugaces momentos de felicidad.

“Debemos sentir siempre el poder ennoblecedor de los pensamientos puros. El poder del dominio propio se acrecienta con el ejercicio. Lo que al principio parece difícil se vuelve fácil con la práctica, hasta que las acciones y los pensamientos correctos llegan a ser habituales, Si queremos, podemos apartarnos de todo lo vulgar y degradante y elevarnos hasta un nivel superior, donde gozaremos del respeto de la gente y del amor de Dios” (Elena G. de White, El ministerio de curación, p. 353), PA

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