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jueves, 13 de julio de 2017

Matutina de Damas : Julio 13, 2017

La bicicleta reclinada


Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (Filipenses 4: 19).


Ir al gimnasio ya no era seguro para mí, porque tengo una enfermedad neurológica. Mi neurólogo me sugirió que comprara una bicicleta reclinada, para poder continuar ejercitando de manera segura. Entré en varios sitios de ventas por Internet, pero sin resultados, y al terminar el verano me olvidé de mi búsqueda. Saltemos varios meses en el tiempo. Una amiga y yo estábamos haciendo compras cuando vi que tenían bicicletas reclinables (un tipo de bicicleta en la cual se pedalea en una posición reclinada). Aunque eran bastante caras, comprendí que todavía necesitaba una. El lunes siguiente decidí buscar nuevamente en Internet. Nada. Entonces entendí que Dios está interesado hasta en los pequeños detalles de nuestras vidas, así que, oré sobre esto.

Un poco más tarde esa mañana, estaba haciendo un mandado y vi una tienda de equipamiento deportivo. ¿Debía detenerme o seguir adelante? Mi enfermedad me requiere gastar una cantidad considerable de energía aun para realizar cosas básicas. Solo quería llegar a casa. Pero con las palabras seguir o parar en la mente, noté que había un lugar para estacionar al lado de la entrada. Entré… y casi me tropiezo con la bicicleta reclinada que estaba al lado de la puerta. El vendedor dijo que la habían traído durante el fin de semana. ¡Antes de que yo orara! La bicicleta era tan perfecta que la compré en el momento.

Pero ¿cómo podría llevarla a casa? Estaba tan emocionada por mi milagro que entré en Facebook apenas llegué a casa; aunque no dije nada sobre necesitar traer la bicicleta a casa. No habían pasado ni veinte minutos, cuando una amiga me llamó para preguntarme si necesitaba ayuda para traerla a casa. Su esposo estaba en la casa ese día y podía recogerla por mí. ¡Increíble! Hizo una parada en la iglesia para buscar al pastor, quien lo ayudaría. Otro milagro: jambos estaban disponibles! Los dos buscaron la bicicleta y la llevaron a mi casa antes de que hubiera pasado una hora desde que la compré.

A veces, solo oramos a Dios por las cosas grandes; pero él está interesado en todos los aspectos de nuestra vida. Simplemente, tenemos que recordar acudir a él y no limitarlo. Él tiene muchas maneras de suplir nuestras necesidades. ¿Qué necesidades puedes entregarle hoy?

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