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martes, 11 de abril de 2017

Matutinas de Damas : Abril 11, 2017

¿Tienes hambre?


 “El ayuno que yo escogí[…]
¿no es que compartas tu pan con el hambriento?” (Isaías 58: 6-7).


Estaba muerta de hambre, pero iba a la carrera. La hora de comer había llegado mientras yo, por la carretera, manejaba de reunión en reunión. «Taco Bell suena bien» pensé al ver el cartel, y tomé la salida. En la esquina vi a dos hombres pidiendo limosna.

«Dos burritos de frijol, por favor», pedí a través del interfono. Tomé la bolsa de comida en la ventanilla y crucé la calle para estacionar el auto y comer. En seguida me di cuenta de que no podría comerme los dos burritos. En circunstancias normales, habría tirado uno pero ¿acaso no acababa de cruzarme con dos hombres hambrientos en la esquina? Yo estaba dispuesta, pero el Señor tendría que llevarme hasta alguien a quien pudiera ofrecer mi comida.

Entré en el aseo y no vi a nadie. Cuando me acerqué al lavabo, seguí sin ver a nadie, pero continuaba orando: «Señor, si hay alguien a quien quieras que ofrezca esta comida, por favor, pon a esa persona en mi.. estaba pensando en la palabra «camino» cuando me di cuenta de que había alguien a mi lado. Tan pronto la vi, lo supe: ella era la persona para quien estaba destinado mi burrito. Tenía una mochila andrajosa sobre los pies, y estaba aplastándose el desmelenado cabello con los dedos mojados. No teníamos demasiado tiempo; las dos nos tendríamos que ir en breve. Abrí la boca y lo primero que dije fue: «¿Tienes hambre?». La joven se me quedó mirando sin decir nada. Le expliqué la situación y termine ofreciéndole el burrito.

«Sí», susurró ella. Salí y regresé no solo con el burrito, sino también con una manzana, y allí estaba ella, fuera del aseo, buscándome. Le entregué aquella escasa ofrenda de comida y le dije: «Dios te bendiga». Me dio las gracias y cada una siguió su camino. Estoy segura de que Dios está obrando en la vida de mi joven amiga; hizo un milagro solo para ella. Estoy ansiosa por escuchar el resto de la historia de Devin.

¿Qué tienes hoy en tu mano que Dios pueda hacer que compartas con una persona hambrienta? ¿Y con una persona hambrienta de él? Solo tienes que preguntarle quién es y dónde puedes encontrarla. Estoy segura de que te lo mostraras

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