Buscar...

martes, 14 de marzo de 2017

Matutina de Menores : Marzo 14, 2016

OLVÍDATE DE LA RECOMPENSA


“Cuando tú des un banquete, invita a los pobres, los inválidos, los cojos y los ciegos; y serás feliz. Pues ellos no te pueden pagar, pero tú tendrás tu recompensa el día en que los justos resuciten” (Lucas 14:13,14).


Hace tiempo, alguien me ofreció que me alojara en su casa, mientras cursaba unos estudios en la ciudad. Esa persona no me pidió que le pagara ningún tipo de renta por quedarme allí, y con ese acuerdo acepté la oferta.
En aquellos días, yo disponía de muy poco tiempo para hacer cosas en la casa, ya que salía a la mañana bien tempranito y no regresaba hasta la noche. Cuando volvía, después de una larga jornada de trabajo, la persona que me Invitó a quedarme me esperaba para quejarse.
Me decía que todo estaba muy sucio, que había platos por fregar, que las ollas no estaban bien lavadas…
Básicamente, me estaba pidiendo, sin ser directo, que yo limpiara la casa. Pero, si lo hacía, no me quedaba tiempo para entregar mis trabajos al día siguiente. Recuerdo que yo pensaba: “Está bien que ayude, pero también necesito tiempo para hacer mis tareas”. Al final de mi estancia, la persona me pidió que le regalara un perfume muy costoso; es decir, que no me había cobrado nada, pero esperaba recibir algo a cambio.
Esperaba que yo limpiara y que le regalara algo en lo que ella no quería gastar su dinero. ¿Dirías que eso es “no esperar nada a cambio”?
Gracias a esa experiencia, aprendí algo que, aunque está en la Biblia, hasta el momento no me había detenido a pensarlo. Jesús nos dice que cuando hagamos algo por otra persona, ya sea invitarla a una fiesta o ayudarla en alguna necesidad, no debemos fijarnos en si la persona tiene o no con qué pagarnos. Si hacemos un favor a alguien, debemos hacerlo sin esperar nada a cambio.
No debemos relacionarnos con los demás pensando qué provecho podremos sacar de ellos, porque esa es una visión egoísta de la vida. Cuando ayudemos a otra persona, hagámoslo de manera desinteresada.
Jesús dice que no nos preocupemos por lo que vamos a recibir, porque la recompensa que importa es la que él nos dará cuando vuelva a buscarnos. ¿Qué te parece si desde hoy empezamos a poner en práctica este principio?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario