Buscar...

martes, 7 de marzo de 2017

Matutina de Damas : Marzo 7, 2017

La Doctora Princesa


“Él es quien perdona todas tus maldades, el que sana todas tus dolencias” (Sal. 103:3).


Cuando sea grande, quiero ser la “doctora Princesa” -dijo un día Tori, la hija de mi sobrina, de cinco años. Me llevó hasta el viejo escritorio, su “consultorio médico”, diciendo: -Ven a mi oficina, y déjame ver cómo está tu salud.

Me senté en el suelo en su lugar de juegos, y ella comenzó a trabajar. Bombeó un tensiómetro, sin habérmelo colocado:

-Tía Carolyn -dijo-, tu nivel de azúcar en la sangre está muy mal.

-¿Querrás decir mi presión arterial?-le pregunté yo.

-No, el nivel de azúcar en la sangre. Voy a tener que darte un poco de medicina, pero sin azúcar. Ahora vamos a examinar tus ojos…

Me pidió que leyera una pequeña tarjeta con letras de diferentes tamaños. -Puedo leerlas todas con los dos ojos, aunque mi ojo izquierdo no las distingue con precisión -le comenté.

-Creo que tendremos que sacarte el ojo izquierdo -afirmó ella- Te colocaré uno nuevo, y estarás lista para irte a casa. Pero antes, tía Carolyn, me gustaría tomar una fotografía de los huesos para examinarlos-añadió, entregándome un plástico transparente de “rayos X” con una silueta similar a la del Pato Donald.

-Bueno… supongo que si así luzco; no puedo cambiarlo. Es normal, ¿verdad? -quise saber yo.

-No, esta no es buena señal. Y eso significa que necesitas más medicinas -sentenció ella.

-Doctora “Princesa”, dígame -pregunté yo-: ¿hay algo en mí que esté en buen estado?

-Eso depende de su prueba de respiración. Sople en esta mascarilla -me indicó- ¡Oh, no! -exclamó.

-¿Y ahora qué pasa? ¿No es normal mi respiración? -quise saber.

-¡No, para nada! De hecho, esta prueba muestra que no estás respirando. Así que, necesitarás más medicinas y volver a verme en dos días.

Más tarde, mientras compartíamos la velada, Tori me dijo:

-Tía Carolyn, puedo notar que has mejorado mucho. No creo que sea necesario que vuelvas a mi consultorio en dos días.

Esta “consulta médica” con la “doctora ‘Princesa’ ” fue muy divertida. Recordé las veces que me equivoqué al “diagnosticar” las “enfermedades” que me parece ver en otros, y he debido dejar que el gran Médico, el único que puede dar los diagnósticos correctos, lo haga; pues él es quien puede sanar.

Señor, lléname hoy de tu Espíritu Santo. Perdóname por todas las veces que he jugado a ser “doctora”, en lugar de consultarte a ti y ser una verdadera amiga para aquellos corazones heridos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario