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lunes, 6 de marzo de 2017

Matutina de Damas : Marzo 6, 2017

Buenas Y Malas Noticias


«Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya» (Génesis 3: 15).


¿Alguna vez te han dicho que te tienen buenas y malas noticias, y te han preguntado cuál quieres escuchar primero? Generalmente contestamos: «Las malas primero», porque esperamos que las buenas nos hagan sentir esperanzados.
Estábamos estudiando en la iglesia El conflicto de los siglos cuando, al leer el capítulo 30, «El origen del mal y del dolor», me sentí horrorizada, aunque, al minuto siguiente, aliviada. El capítulo presenta primero una mala noticia, y luego buenas noticias de consuelo y esperanza. Me ayudó a comprender que antes de que los seres humanos fueran creados, ya se libraba una guerra entre Cristo y Satanás. Y nuestro Dios creó a la humanidad para que estuviéramos de su lado, para que fuéramos sus compañeros y para que lucháramos en el bando ganador.
Eva, sin embargo, decidió dudar de la bondad de Dios. Prefirió creer las mentiras de Satanás sobre el carácter de Dios. Actuó basándose en esas mentiras, y Adán pronto la siguió. Su elección del pecado fue una terrible noticia, ya que ahora debían vivir lejos de Dios y en territorio enemigo.
Dios entonces se acercó a ellos con la promesa de poner enemistad entre Satanás y la humanidad. ¡Esa enemistad fueron buenas noticias! Pero Satanás sabía que solo la muerte podría satisfacer las justas exigencias de un Dios santo. Él sabía que Dios les había dicho a Adán y Eva que morirían si pecaban. ¡Imaginemos la sorpresa de Satanás cuando entendió que Dios y su Hijo tenían un plan para cubrir la paga del pecado de toda la humanidad, a todos los que aceptaran el sacrificio de Cristo en la cruz! Esa enemistad no solo nos permite elegir ponernos del lado de Dios en el gran conflicto, sino que también nos da el poder para tomar esa crucial decisión.
¿No es maravilloso saber que aunque Satanás engañó a nuestros primeros padres, Dios actúa mediante sus propias reglas justas? Él no nos engaña ni nos obliga a estar de su lado. Él nos da el don de la enemistad para que podamos tomar nuestras propias decisiones.
Mientras Jesús estuvo en la tierra, nos dio un ejemplo de cómo depender completamente del Padre para tomar decisiones correctas. Y la «buena obra» que empezó en nosotros, la terminará. ¡Por eso podemos catalogar tanto la enemistad con Satanás, como la historia del evangelio, como buenas noticias!

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