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lunes, 13 de marzo de 2017

Matutina de Damas : Marzo 13, 2017

¿Quién sabe?


«Dios da un hogar a los desamparados» (Salmo 68: 6, NVI).


Yo siempre he sido una persona hogareña, por eso me encantaba vivir con mis padres. Sin embargo, en el año 2005 decidí emprender una aventura en solitario, yéndome a estudiar mi segundo año de universidad a otro país. Mi in_ tención, cuando me alejé de mi familia con nerviosismo durante ocho meses, era pasar solamente un año en Inglaterra, y luego regresar a casa para terminar mis estudios en la misma universidad donde mis padres y mi hermana habían estu_ diado. Me consolaba pensando: «Volveré a casa para Navidad». Aunque nunca había estado fuera de casa durante tanto tiempo, obtuve mi pasaporte y viajé a la Universidad Newbold con mi plan en mente.

¿Qué puedo decir? Han pasado siete años y ¡aún vivo en el Reino Unido! ¡Y  de hecho han sido los mejores siete años de mi vida! Dios tenía un plan diferente para mí. Él sabe lo importante que es mi familia, pero también sabe lo que es mejor para mí. Él sabía que a mis diecinueve años necesitaba comenzar a construir una vida propia. Que necesitaba crecer, llegar a conocerme y ser independiente. Y Dios orquestó su plan a través de una amistad totalmente nueva con una persona muy especial.

Nunca había conocido a nadie de Serbia, y ahora estoy casada con el serbio más maravilloso del mundo, al que conocí en Inglaterra, iY no podría ser más feliz! Dios sabía lo que estaba haciendo. Por supuesto, a ambos nos gustaría pasar más tiempo con nuestras familias, pero Dios nos ha mostrado constantemente que él es quien cuida de nosotros en todo momento. Nos ha bendecido más allá de lo que podíamos imaginar y nos ha guiado fielmente en su plan para una vida en conjunto.

Todos los días hacemos planes. Sin embargo, son planes que no siempre salen como esperamos. Aun así, el Dios Todopoderoso tiene el control de nuestras vidas y siempre conoce los intereses de nuestro corazón. Estoy contenta de que él tiene ese tipo de control y no yo.

Mi deseo es que, al igual que nuestro ejemplo perfecto y mejor amigo Jesús’ busquemos siempre cuáles son los planes de Dios para nuestras vidas. Seremos más felices a medida que busquemos conocer su voluntad y confiemos en que él observa y guía cada paso de nuestro camino. Él ha prometido que: «proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús» (Fil. 4: 19, NVI).

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