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lunes, 27 de febrero de 2017

Matutinas de Damas : Febrero 27, 2017

Oda A Una Fiadora


“La ansiedad aflige al que sale fiador de un extraño; el que aborrece las fianzas vive seguro” (Prov. 11:15).


Un fiador puede definirse, en parte, como una persona que da garantías en lo que se refiere a calidad o rendimiento. Durante mi infancia, aunque me gustaba entonar salmos con mi familia o en otros ámbitos restringidos, ni se me pasaba por la cabeza cantar alguna vez un solo o un dueto con otra persona en público. Me faltaba valor. También me encantaba leer, memorizar, escribir y recitar odas (poema meditativo de ensalzamiento). Mi primera maestra estimuló mi amor a la poesía y me alentó a componer poemas, lo mismo que mi profesor de botánica.

Cuando tenía quince años, cierta vez me encontraba sentada junto a una muchacha en un autobús que nos llevaba a otra iglesia. Mientras cantábamos al unísono en el autobús, mi compañera de asiento se fijó en mi voz y la ponderó. Me propuso que cantáramos juntas en público un salmo de adoración. Aunque deseaba negarme por causa de mi timidez, tampoco quería decepcionarla. Ella me aseguró que saldría bien, así que, acepté. Después de adquirir experiencia en actuaciones públicas, pronto formé parte de un grupo musical que alababa a Dios en servicios de culto de diversos programas de la iglesia.

Mirando hacia atrás, ahora me doy cuenta de que necesitaba que alguien me amara lo suficiente como para fijarse en mis capacidades y animarme a usarlas en el ministerio. Necesitaba que alguien me apoyara, y abriera para mí nuevas posibilidades y horizontes.

Compartir nuestros dones tiene que ver realmente con dar gloria a Dios. Pablo escribió: “¿Acaso busco ahora la aprobación de los hombres o la de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo” (Gál. 1:10). Entre mis fiadores y animadores, se han incluido profesores de la escuela, consejeros de la iglesia, esposas de pastores, amigas y muchas otras personas.

Hoy, el departamento de Ministerios de la Mujer de nuestra iglesia, a través de la venta de estos libros devocionales, también estimula y apoya a las jóvenes de todo el mundo para que consigan una formación y vivan sus vidas en plenitud para Dios. Al mismo tiempo, es importante que cada una de nosotras observe los talentos de las jóvenes que nos rodean, y las anime generosamente para que lleguen a dar todo lo que pueden dar para Dios, usando sus dones para él.

Nuestras vidas pueden ser poéticas odas que apuesten por el futuro de quienes necesitan de nuestro estímulo para salir de su timidez, al modo en que nos anima Dios (como Isaías 41:10 y Jeremías 29:11). ¿Serás tú fiadora de alguien?

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