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viernes, 17 de febrero de 2017

Matutina de Jovenes : Febrero 17, 2017

Lealtad Bajo Fuego


“Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado” (Daniel 3:17,18).



El 17 de febrero de 1600, las llamas consumían el cuerpo de Ciordano Bruno (nacido en Nápoles, en 1548), y sus cenizas fueron arrojadas al Tíber.

Bruno era astrónomo, filósofo, matemático y poeta. Sus teorías sobre el cosmos superaron el modelo copernicano, pues sostuvo que el Sol era simplemente una estrella y que había otros mundos en el universo. Así, la Tierra dejaba de ser el centro del universo, como sostenía la creencia popular.

Por estas ideas “heréticas”, Roma lo encarceló. Tras pasar siete años prisionero, el 21 de diciembre de 1599 fue llamado otra vez ante el tribunal de la Inquisición, pero él se mantuvo firme en su negativa a retractarse y murió por sus convicciones.

Miles de años antes, tres jóvenes experimentaron algo similar. El relato de Sa- drac, Mesac y Abed-nego en el caldeo Campo de Dura contiene intriga, suspenso y acción; principalmente, está saturado de lealtad. Leer el capítulo 3 de Daniel embarga el alma de emoción y seguridad. Prefirieron ser quemados vivos en el horno antes que postrarse frente a la imponente estatua pagana. El enojo real se intensificó y también, el fuego del horno. Siete veces más caliente, recibió en sus entrañas a los tres jóvenes hebreos que se negaron a vivir una impostura.

Su fidelidad bajo fuego había sido probada varias veces. Pero, nunca tan literalmente como ahora.

La fidelidad no es una planta que crece entre la medianoche y el amanecer. Es un estilo de vida cultivado con el humus de las experiencias victoriosas.

La fidelidad es regada por la fe, la oración y el estudio diligente de la Biblia. Un acto fiel da paso al siguiente. Y así se fortalece el carácter.

Hoy puede ser un día histórico. Que todos sepan quién eres y lo que crees, a punto tal que, como el trío de esta historia, ni siquiera tengas que responder por ciertos asuntos. Vive tu cristianismo, sé veraz y leal.

“Como en los días de Sadrac, Mesac y Abed-nego, en el período final de la historia de esta tierra, el Señor obrará poderosamente en favor de aquellos que se mantengan firmemente por lo recto. El que anduvo con los notables hebreos en el horno de fuego acompañará a sus seguidores dondequiera que estén. Su presencia constante los consolará y sostendrá” (Elena de White, Profetas y reyes, p. 376).

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