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domingo, 4 de septiembre de 2016

Matutina de Jóvenes: Septiembre 4, 2016

¡DILE NO A HERODÍAS!


“Es nuestro deber obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5:29).



Alguna vez has hecho algo que no querías, y lo hiciste simplemente para complacer a otra persona? La Palabra de Dios cuenta la historia de una joven que tuvo que enfrentarse a eso: Salomé, la hija de
Herodías (ver Mateo 14:1-12). Sí, sé que la Biblia no menciona su nombre, pero según Flavio Josefo, un historiador judío de la época, así se llamaba la hijastra de Herodes.

Mateo se refiere a Salomé como una “muchacha”, quizás porque tenía unos 13 o 14 años. ¿Qué hace una niña de esa edad en una fiesta donde la inmoralidad y la complacencia sensual no tenían límites? Ella estaba allí porque sería el peón que su propia madre utilizaría para divertir a los camaradas de Herodes. La literatura romana de la época describe ese tipo de fiestas como orgías desenfrenadas de sexo, glotonería y alcohol. Y ahí se hallaba Salomé, haciendo todos esos exóticos y rítmicos movimientos que embrujaron a los presentes. Herodes fue el primero en quedar hechizado por la cadencia del baile de la jovencita. La embriaguez física del monarca puso de manifiesto su embriaguez espiritual y, como premio por la buena actuación de la joven, prometió darle lo que ella pidiera. De inmediato, la madre, como experta titiritera, comenzó a controlar los movimientos de su hija y la convenció de que pidiera la cabeza de Juan el Bautista.

Así como Herodías dominó a Salomé, Satanás quiere tener dominio sobre ti. Por supuesto, no lo hace directamente sino que utiliza a otras personas: las malas compañías, quizás un compañero de trabajo y quién sabe si hasta un familiar; en fin, el enemigo se vale de cualquier instrumento. El hará cuanto pueda para convertirte en una marioneta manejada por los gustos e intereses de los demás.

Cuando tengas que lidiar con gente que quiere que tú complazcas sus peticiones, recuerda que como cristiano no debes preguntarte: “¿Qué hace la gente de mi edad? ¿Qué le gustaría a la mayoría? ¿Qué debo hacer para obtener la aprobación de mis compañeros? ¿Qué es lo que más le gusta al mundo?” La pregunta más relevante es esta: “¿Qué ha dicho Dios?” Como José, preguntémonos: “¿Cómo podría yo hacer algo tan malo, y pecar contra Dios?” (Génesis 39:9). Es mejor obedecer a Jesús y ¡decirle no a Herodías!

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