Buscar...

martes, 27 de septiembre de 2016

Matutina de la Mujer: Septiembre 27, 2016

“SIN MIEDO AL CAMBIO.”


“Tengan valor y firmeza; no tengan miedo […], porque el Señor su Dios está con ustedes y no los dejará ni los abandonará” (Deut. 31:6).


“El cambio es lo único inmutable”, dijo el filósofo Schopenhauer. Milenios antes ya había dicho Heráclito que “nadie se puede bañar dos veces en el mismo río”. Y es verdad, los cambios son
inevitables. No es que formen parte de la vida, es que son la vida. Desde que nacemos, vivimos en un constante cambio. No solo nosotras, todo lo que nos rodea.

Siendo así, ¿Por qué seguimos teniendo miedo a los cambios? ¿Por qué nos sigue atemorizando la incertidumbre de lo que vendrá? ¿Por qué, una vez confrontadas con ciertas verdades, nos cuesta tanto hacer cambios? “Yo soy así y así seguiré” no es una mentalidad aceptable para la mujer que desea renovarse mediante la transformación de su pensamiento.

Sí, todo cambio puede implicar pérdida, fracaso, crítica, ansiedad, y por eso ofrecemos resistencia. Pero también podemos tener una actitud positiva hacia ellos, recibirlos con optimismo, analizar y superar los miedos que nos producen, y aprender para progresar.

De lo contrario, sufrimos el riesgo de que nos suceda lo que le sucedió a la Armada Británica.
En 1753 el doctor James Lind* afirmó que el escorbuto podía erradicarse suministrando a los marineros jugo de limón. “Qué maravilla -tal vez estés pensando-, cómo ayudó este hombre al progreso de la Armada Británica”.

Pues sí, pero no tanto como hubiera querido, porque la Armada no puso en práctica en aquel momento las indicaciones que hubieran marcado la diferencia. No fue hasta 1789, poco antes de morir Lind, que se comenzó a abastecer a los marineros británicos con limones para sus viajes.

¿Por qué tanta pérdida de tiempo y de vidas en alta mar? Porque quienes debían tomar las decisiones no estaban preparados para el cambio. Los consejos del doctor Lind fueron ignorados durante casi cuarenta años. Solo el capitán Cook fue capaz de asumir los riesgos y hacerle caso.

¿No te parece demasiado tiempo de dolor por simple temor a los cambios? ¿Por qué hemos de permitir que una actitud negativa hacia ellos, o una tendencia a evitar todo obstáculo e incertidumbre en la vida, afecte a nuestro desarrollo personal y espiritual?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario